11

315 49 8
                                    

Los siguientes dos días son el infierno para mí, pues además de que en la televisión pasan cada dos por tres mi pelea con los héroes de París y la forma en la que simplemente me destransformé, en la escuela soy el monstruo de las cadenas— nombre que me regaló con amabilidad Chloe.

Los únicos que me siguen hablando son Nath, Mari, Alya y Adrien, pues Nino y yo no somos muy amigos, aunque tampoco me detesta como los demás.

Me impresiona el hecho de que actúen de esa forma habiendo sido ellos también villanos en algún momento, aunque ellos sí habían sido rápidamente vencidos por los héroes, mientras que yo no.

No era como si fuera la fuerte, solo que mi poder parecía ser algo más eficaz de los demás. El hombre mariposa se había lucido con lo mío y aunque en parte me parece genial, es una completa odisea ir a la escuela.

Una buena noticia es que mi rodilla está casi completamente sana, así que son capaz de caminar sin ayuda, aunque mis nudillos están vendados por los golpes que le di a la pared el día que me enteré que mi hermano había muerto.

Aún lo lloro en las noches, tan solo pasaron dos días.

Su rostro aparece en mi rostro cada vez que me acuesto, cuando cierro mis ojos y soy incapaz de detener mi dolido corazón de latir con desesperación. Mis ojos rápidamente se llenan de lágrima y para cuando lo noto, estoy sollozando ruidosamente.

Pensar que seré capaz de mirarle nunca más me duele y me hace querer llorar.

Bajo la mirada, dolida, mientras escucho a la profesora dar su clase, aunque no puedo prestarle atención. Estoy apretando mis ojos con fuerza conteniendo las ganas de llorar, aunque no puedo hacerlo por mucho y cuando abro la boca, solo sale un sollozo.

Un sollozo que se escucha en toda el aula, callando a todos, incluída la profesora, que amablemente se me acerca.

Ella coloca su mano en mi espalda y yo simplemente me deshago en llanto, cubriendo mi rostro e intentando ahogar mi voz.

Entonces Chloe murmura — Llora por todo lo que le hizo a este lugar.

Marinette se levanta con el ceño fruncido, sé que es ella por su voz — Tú eres una completa inepta y nadie te anda criticando, ¿Sabes?

— Dupain-Cheng, la defensora del pueblo.

— y pensar que eres humano.

La profesora suspira y manda a callar a todos.

Me levanto y pido permiso para salir, que me es concedido al instante, permitiéndome abandonar el salón con rapidez.

Corro hasta los baños y me encierro en uno, cayendo al suelo y dejando salir el llanto sin inhibiciones.

Tattoo ♡ NathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora