epílogo

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Las cosas después del baile suceden muy rápido.

Un mes de clases es suficiente para que hayan cerca de cinco akumatizaciones y todas de niveles altos, siendo los héroes casi incapaces de detenerlas.

Nath y yo no volvemos a hablar del tema de nuestro cariño por el otro, y aunque realmente quiero hacerlo, le doy su espacio, como él parece dármelo a mí.

Aún hablamos y nuestro contacto físico aumenta, pues vamos casi siempre de la mano y él suele plantarme pequeños besos en las mejillas cuando puede, aún, no hemos avanzado más.

Observo con pesadez cómo la profesora explica una de sus molestas clases, moviendo su mano de lado a lado, como si de un reloj haciendo tictac.

Relamo mis labios cuando noto que me mira y habla, soy incapaz de entender qué dice, pues tengo puestos mis auriculares, así que simplemente volteo. Nathaniel me fulmina y responde a lo que sea que la maestra había dicho.

Le sonrío pícara y él solo rueda los ojos, antes de desviar su vista al frente.

No puedo evitar mirarle con admiración, su rostro es simplemente perfecto, marcado y aún más deslumbrante con su brillante cabello cayendo por su ojo.

Volteo al frente, algo avergonzada y miro mi muñeca, en la que tengo un pequeño dibujo. Me lo hizo en la mañana, cuando apenas llegábamos: — para que me recuerdes.— y cómo no hacerlo.

Nathaniel dibujó una mariposa en mi muñeca, una mariposa negra y de alas brillantes, volando despreocupada, así como yo lo hacía.

Me retiro los auriculares cuando veo a los demás levantarse, y suspiro pesadamente, ya es hora de irnos y no puedo estar más contenta.

Me levanto también y me estiro, haciendo sonar los huesos de mi espalda. Iván voltea a mirarme y ríe.

— ¿No te duele? — me implora y niego suavemente.

— de hecho, es relajante.

— uhm, vale — niega y se levanta, yéndose también.

Tomo mis cosas y cuando estoy a punto de agarrar mi celular, una mano se me adelanta y me lo arrebata, levantándolo por encima de su rojizo cabello.

Me quejo, antes de ponerme en puntas de pie para intentar alcanzarlo, aunque no lo logro. Maldigo y Nathaniel gruñe disgustado. No está de acuerdo con que insulte.

— devuélvelo.

— con una condición.

— ¿Cuál? — pongo mi peso en una sola pierna.

— déjame darte un beso.

Me quedo estática, pensando en lo que escucho o creo escuchar. Nathaniel continúa mirándome y al notar que no hago nada, coloca su mano libre en mi hombro, casi despertándome.

— ¿U-Un beso? — imploro, sorprendida y asiente suavemente acercándose.

Vacilo, aunque mando todo a la mierda y también me acerco, levantando la cara y cerrando los ojos.

Espero algunos momentos y cuando estoy por abrir los ojos, Nath pega nuestros labios juntos, sin moverlos casi en un roce que hace que ambos nos tiñamos de carmín.

Suspiro, notando como no piensa moverse de nuevo y esta vez soy yo quien une nuestros belfos, moviéndolos suavemente y siendo correspondida al instante.

Su mano, con la que sostiene mi celular, baja a mi cadera y siento mi móvil contra ella, aunque no me muevo, solo dejo que mi palma descanse en su pecho.

Nos separamos segundos después y nos miramos, algo avergonzados, pero orgullosos de lo que sea que acaba de pasar.

— juro que tenía un discurso precioso para decírtelo, pero con el beso, olvidé todo — se sincera y no puedo evitar soltar una carcajada — yo, ehm... Eres mi musa, quiero decir, lo has sido desde que llegaste. Desde que entraste por esa puerta, toda lastimada y con tus hermosos tatuajes, llamaste más de lo necesario mi atención. — comenzó — y conforme te fui conociendo, me di cuenta de que no solo me inspiraba, sino tu forma de ser, de hablar, hasta de caminar. Eres única y hermosa, perfecta siendo tú, nadie más puede ser así y me gustas así. — sus mejillas poco a poco se teñian. — como sea, lo que quiero decir, es que estoy enamorado de ti, de toda tú y, ahm, yo quería saber si... Tn, ¿Te gustaría ser mi novia y mi musa?

Lo miro antes de rodar los ojos estampando nuestros labios juntos una vez más, para luego susurrarle: — te tardaste. Sí quiero.

Tattoo ♡ NathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora