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Aquella mañana nublada del catorce de Octubre de 1781, los gritos de guerra, las balas, los cañonazos, las súplicas, los incendios, las espadas...todo aquello se oía, veía y sentía.
Las mundialmente conocidas Siete Colonias se alzaban en una definitiva batalla contra los ingleses, aquellos monstruos que durante años se apoderaron del territorio ajeno, haciendo y deshaciendo a su antojo bajo las órdenes del rey George III.
Cada una de las colonias era gobernada por siete parejas de jóvenes que, sin que los ingleses se dieran cuenta, poco a poco iban tomando el poder suficiente para, luego de unir sus fuerzas, liberar a su país sin nombre.
¡Era una deshonra para aquellos pueblos unidos el tener que conformarse con ser llamados colonias!
¡Ellos no eran colonia de nadie!
¡Ellos eran libres y por su libertad lucharían hasta la muerte!
En el lapso de la década de los 60' y aquellos 80', absolutamente todos se habían rebelado.
Los jóvenes, apenas cumpliendo sus dieciocho años, se alistaban voluntariamente en el ejército, y los adultos capacitados también. Los de la tercera edad, ayudaban, junto a algunas mujeres, a la elaboración de las armas y alimentos para los soldados. Incluso los niños servían como espías o simplemente apoyaban a sus compatriotas con vítores y palabras de aliento; a veces hasta jugaban a ser tan fuertes y valientes como sus vecinos y familiares.
Los principales jefes de aquella gran movilización, divididos desde la colonia Norte a la colonia Sur, eran: Kim NamJoon, Kim SeokJin, Min YoonGi, Jung HoSeok, Park JiMin, Kim TaeHyung y Jeon JungKook.
Independientemente a su gran inteligencia y voz de mando, detrás de esos hombres, como mismo afirmaban ellos, estaban sus bellas damas: Kim YongSun, Kim YongHee, Min HaeYoung, Jung MoonByul, Park ChaeYoung, Kim EunJi y Jeon SeonMi.
Dichas siete damas, se caracterizaban, no sólo por complementar la personalidad de sus maridos, sino también por ser un fuerte equipo.
Gracias a sus esposos, las siete no sólo sabían de cocina y mantenimiento de un hogar, pues al ser aún muy jóvenes ninguna había dado a luz por el momento, sino que también sabían de política y guerra, siendo ellas las que, mientras sus maridos se jugaban la vida en el campo de batalla, aún con el corazón angustiado, protegían a los pueblerinos de los ingleses que aún rondaban por las calles y que se escapaban de la pelea como los cobardes que demostraron ser apenas vieron la enorme rebelión que se alzaba frente a sus narices y cómo el pueblo se fue apoderando de todas y cada una de las colonias.
-¡Necesito que todos se calmen!-gruñó SeonMi-¡Sé que la situación es desesperante!-volvió a exclamar, y cuando los ciudadanos a su alrededor hubieron calmado sus murmullos, habló serenamente-. Mi amado esposo también está luchando y la probabilidad de que su cuerpo inerte, sin vida, llegue a mis brazos, me desespera y mi corazón se oprime de sólo imaginarlo-tragó saliva-. Pero aquí estoy, cumpliendo con mi deber como ciudadana, protegiendo a aquellos que no pueden defenderse sin salir lastimados o muertos en el intento. No los estoy llamando inútiles, no. Pero necesito que entiendan que armando escándalo no vamos a resolver ningún problema.
La situación era la siguiente: La última colonia, la más cercana a la zona Sur, era la única que faltaba por ser liberada y en dicha zona se encontraban las siete parejas; los jóvenes en el campo de batalla, y las muchachas ayudando a los pueblerinos.
Cada una de ellas se había distribuido una localidad en específico, y a SeonMi le correspondía un pequeño condado donde sólo habían mujeres y niños, pues todos eran jóvenes y los hombres habían ido a pelear.
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෴ᴡʜɪʟᴇ ᴡᴇ ᴡᴇʀᴇ sʟᴇᴇᴘɪɴɢ෴ ʙᴛs ✓
Фанфик-No se preocupen, niños. Ya verán cómo mañana será un mejor día; un diferente día. Pero recuerden, todo puede suceder ᴍɪᴇɴᴛʀᴀs ᴅᴜᴇʀᴍᴇɴ.