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En la sala de estar de una casa, estaba un pequeño conejito cuyo pelaje era blanco, mas una que otra mancha castaña cubría alguna parte de su cuerpito, como lo era la de su rostro, el cual parecía tener una linda mezcla de los anteriormente mencionados colores.
A un lado de una de sus orejitas, alguien le había colocado un aro de florecillas y como al animalito no le molestaba, pues allí se quedaría el adorno.
El conejito estaba muy tranquilo rascando su orejita libre con una de sus patas traseras, cuando su olfato detectó un olor tan delicioso y conocido por él.
Siguiendo las órdenes de su estómago y aliándose de su olfato, llegó hasta el vestidor de uno de los cuartos de la casa.
Allí, frente al iluminado espejo de cuerpo completo, había una deliciosa (desde el punto de vista del animalito, claro) zanahoria.
Y hacia esa dirección fue la bolita de pelos.
Sin embargo, se detuvo al ver varias figuras de pie sobre el espejo.
Una de sus orejitas se alzó y su cabecita fue ladeada, dando una clara muestra de su confusión.
-¡Aww!¡JungKookie!-chilló YongHee, arrodillándose para quedar a la altura de su novio, ahora conejo-. Siempre te he dicho que tu naricita y sonrisa son similares a las de un conejo, pero no pensé que te convirtieras en uno-rió.
Claro que, los demás ya se estaban riendo desde hacía ya rato.
YongHee posó su mano sobre el cristal que la separaba de su dientudo y peludo novio y este se acercó y restregó su cabecita contra la zona donde la extremidad de la chica estaba.
-¡Aww!-esta vez el chillido fue colectivo.
La puerta del vestidor de abrió y por ella entró la misma señora.
-¿En serio?-sonrió enternecida-¿Un conejo?¿Qué tienen estos niños con los animales?-rodó los ojos y chasqueó los ojos.
¡Y de nuevo la luz!
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෴ᴡʜɪʟᴇ ᴡᴇ ᴡᴇʀᴇ sʟᴇᴇᴘɪɴɢ෴ ʙᴛs ✓
أدب الهواة-No se preocupen, niños. Ya verán cómo mañana será un mejor día; un diferente día. Pero recuerden, todo puede suceder ᴍɪᴇɴᴛʀᴀs ᴅᴜᴇʀᴍᴇɴ.