⎝⎝5⎠⎠ ᵃᵖʰʳᵒᵈⁱᵗᵉ

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Todo era blanco y uno que otro destello rosado se hacía visible.

Parecía que el lugar era rodeado por nubes, tal cual si se estuviera en el Cielo.

Bueno, no era precisamente el Cielo.

Olimpo era la palabra adecuada.

En medio de tanto blanco, se alzaba una pared de piedras cubierta con enredaderas. De la misma colgaba un redondo espejo de oro con detalles en forma de corazón y, en el "suelo", a un costado de este, había una mesita blanca de hierro, cuyos barrotes adoptaban la forma de las uvas y sus ojas y sobre la misma, se encontraba una gran jarra de vino y, a su lado, un mazo de verdes uvas y una copa de cristal con detalles artísticos grabados.

Y entonces estaba SeokJin, de pie frente al espejo. Su cuerpo era cubierto por un gran trozo de tela blanca que se apoyaba en uno de sus hombros, dejando el otro y parte de su pecho al descubierto y se alargaba hasta sus muslos, siendo sostenido en su cadera por un cinto de cuero. Se hallaba descalzo y sobre su cabeza, ubicada de forma correcta sobre sus castaños cabellos, una corona de oro en forma de hojas de laurel, rodeaba su cráneo dejando al descubierto su frente.

Vaya que sí era bello ese hombre.

-¡Ay, SeokJin! Pobre de aquellos que piensan que Afrodita es mujer ¿Qué acaso la belleza humana sólo puede ser poseída por mujeres?-se quejaba consigo mismo, mirándose al espejo-. Pero no importa. Tú eres bello, despampanante. Tienes a todos los dioses del Olimpo a tus pies con tu elegancia y gracia. Este vino y estas uvas-señaló la jarra con dicho líquido y las frutas a su lado-, es ejemplo de ello. Tienes a Dionisio comiendo de tu mano, querido-rió ligeramente, cubriendo su boca con elegancia-¡Oh! Pero qué digo. Si él prefiere que lo llame NamJoon, como su nombre en la tierra de los humanos-volvió a reír.

Con sutileza y gracia, se sirvió vino en la copa y dió un sorbo del dulce líquido.

-¡Ah! Jinie-entrecerró sus ojos y aplanó sus labios-. Hoy estás más guapo de lo normal. Por eso este vino es tan dulce.

-¡Hyung!-aquella voz le pertenecía a JungKook, y provenía nada más y nada menos que del espejo, donde, tanto él como los otros doce estaban.

SeokJin se giró en dirección al espejo y frunció su ceño.

-¿Ares? Perdón, JungKook-se corrigió, rodando los ojos-¿Qué haces ahí?¿No estabas en una batalla con Apolo?¡Oh!¡Apolo!-señaló a HoSeok-¿Poseidón?-ahora era el turno de TaeHyung-¿Hades?-le siguió YoonGi-¿Dionisio?-llegó el turno de NamJoon-¡Atenea!-y por último, JiMin-¿Qué hacéis dentro de mi espejo?¿No tenéis mejores cosas que hacer?¿Y qué son esas ropas?-señaló con disgusto las prendas de los demás muchachos que no eran nada más y nada menos que sus pijamas-¿Y esas mujeres?-apuntó a las aludidas-¿Acaso traen sus concubinas a mi espejo?

Los otros trece muchachos se mostraron muy, pero muy confundidos, pero aún así, JungKook volvió a tomar la palabra.

-¡Nosotros no somos ninguno de esos!¡Despierta, hyung!¡Es un sueño!¡Reacciona!

Y ahora era el turno de SeokJin de arruinar su hermosa expresión facial y fruncir su entrecejo.

Pero no hubo cabida para las palabras cuando la voz de una anciana mujer lo hizo darse la vuelta.

-Sí que eres vanidoso, jovencito-rió.

Y de nuevo...luz.

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෴ᴡʜɪʟᴇ ᴡᴇ ᴡᴇʀᴇ sʟᴇᴇᴘɪɴɢ෴ ʙᴛs ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora