Capítulo 6: Demasiadas bocas

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Jasiri sabía que algo andaba mal desde hacía varias semanas.

Era algo tan obvio que nadie en el clan quería mencionarlo... y aun así era imposible ignorarlo. Ella había terminado de obtener las manchas en su pelaje, pero seguía siendo una cría, de modo que los problemas no se discutían con ella: aún no tenía edad para tener voz en el clan.

Supo que las cosas iban bastante mal cuando ocurrió algo sin precedentes: Aren llevó al clan de cacería hasta el límite con Las Praderas. Ella, Madoa y Davu acompañaron al clan ese día sin saber nada del plan, y solo pudo empezar a sospecharlo cuando estuvieron delante del río que indicaba el límite de su territorio. Su tía guio al clan hasta el otro extremo y así fue como, por fin, pudo ver con sus propios ojos el lugar que su madre le había contado como prohibido y peligroso. El clan consiguió cazar una cebra que engulleron con velocidad... aunque no la suficiente para no ser descubiertos. El león de la historia de Tanesha apareció de la nada y ahuyentó al clan. Jasiri apenas consiguió cruzar el río a tiempo.

Pero supo que las cosas definitivamente estaban por empeorar cuando, esa misma noche, vio que Aren convocaba a los adultos a una reunión que no estaba planeada. Se acurrucó a dormir con sus hermanos y la ausencia de su madre, y no volvió a saber nada del asunto hasta la mañana siguiente cuando Sauda, una chica de su edad con la que jugaba frecuentemente, y Asante la despertaron saltando sobre ella.

— ¡Van a separarse! — chilló la más pequeña apenas Jasiri abrió los ojos.

— ¿A qué te refieres? — preguntó Madoa con molestia.

— ¡El clan! La matriarca quiere dividir el clan — dijo la otra intrusa con preocupación. — De eso se trató la reunión de anoche.

— No es cierto — Davu frunció las cejas.

Jasiri vio a su amiga a los ojos.

— Mi madre me dijo eso hace unos minutos — explicó Sauda. — Pregúntenle a quien quieran.

La cachorra se levantó, apartando ligeramente a su amiga, mientras procesaba lo que estaba pasando. Sabía que las cosas iban mal, era evidente, pero no creía que fuera a tal grado. ¿Todo eso se trataba de la comida? ¿O había pasado algo más? ¿Cómo iba a afectar esa situación a su vida y la del clan?

Jasiri saltó hacia el exterior de la madriguera y corrió por el valle en busca de su madre, con sus hermanos y sus amigas siguiéndole el paso.

Encontró a Tanesha delante de la roca central donde dormían su tía Aren y su tío Kofi, hablando con otros tres adultos. El tropel se detuvo con brusquedad, tropezando unos con otros, y terminaron aterrizando torpemente sobre las piernas de la hembra. Ella giró la cabeza y al descubrir a los cachorros, miró rápidamente a Davu.

— Te dije que cuidaras a tus hermanas.

— Perdón, mamá — el chico se encogió en su lugar. — Escaparon y no pude alcanzarlas.

— ¿Es cierto? — preguntó Madoa sin más rodeos.

— ¿Qué cosa?

— Que vamos a separarnos — respondió Jasiri con miedo y sorpresa.

Tanesha balbuceó algo antes de volverse con los adultos. Se despidió brevemente de ellos y luego volvió la atención sobre los cachorros.

— Es el plan de Aren. No... ella no cree que tengamos otra opción.

— Pero, ¿por qué? — insistió la menor.

— El clan ha crecido demasiado, Jasiri — explicó su madre. — No hay suficiente agua ni comida. Esto no puede durar más, y Aren no quiere arriesgar al clan. Las lluvias están tardando demasiado y las manadas cruzaron el río. Si no nos separamos, moriremos todos.

I'll Be Good (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora