13. Nosotros

519 32 17
                                    

Hernán apretaba repetidas veces el botón de llamada del ascensor, ansioso porque llegara hasta ellos, mientras besaba entre risas a Andrei en el hall de su edificio, éste le daba besos cortos en la boca mientras sonreía marcando esas arruguitas alrededor de sus ojos haciéndole parecer un niño travieso. Eran las siete y media de la mañana, tenía sueño y frío, se le partía la cabeza por la incipiente resaca, pero estaba feliz, realmente feliz.

Las puertas del ascensor se abrieron y los dos entraron entre risas y besos, pulsando a tientas el piso de su departamento.

-¿Viste la cara del taxista?- preguntó Andrei divertido.

-Creo que no esperaba recoger a un tipo medio desnudo a estas horas.

Andrei sonrió y comenzó a hacerle cosquillas con la punta de la nariz en su cuello, recorriendo su clavícula y llegando a los hombros.

-Te dije que si querías te devolvía tu camisa.

-Entonces el tipo medio desnudo hubieras sido tú- razonó Hernán sintiendo las caricias del menor- no quiero compartir esa visión con nadie...ya no

Andrei sonrió y le dio un beso en el hombro derecho al mismo tiempo que el ascensor llegaba a su destino. Hernán buscó las llaves en los bolsillos de su pantalón, permitiendo que Andrei siguiera dejando besos por su espalda y acariciara su pecho con las manos mientras él abría la puerta.

-¿No tuviste suficiente por esta noche?- preguntó divertido.

-¿De ti? no... Andrei le rodeó el cuello con los brazos mientras cerraba la puerta tras ello con el pie- además, está amaneciendo... es un día nuevo, el contador está en cero.

-Tienes que dormir algo... queda mucho día por delante

A Andrei se le iluminaron los ojos al escuchar eso

-¿Hoy no trabajas?

-Le cambié el turno a Matías... hoy soy todo tuyo.

-¿Todo mío?

-Todo tuyo

Hernán lo besó apretándolo más contra él y cerrando los ojos con fuerza, disfrutando de esa boca que tanto había ansiado volver a tener entre sus labios, acarició su cara con devoción y sonrío en medio del beso.

-¿Qué? preguntó Andrei desconcertado.

-Aún tienes glitter en la cara...

-Mírate... dijo Andrei mientras se intentaba limpiar los restos- tú todo un galán de teleserie hasta con resaca y yo un pendejo sucio que sigue un poco borracho que no tiene ropa limpia propia.

Hernán agarró los extremos de su camisa negra, que todavía tenía puesta el menor y lo atrajo más hasta él.

-Tú no tiene idea de lo que eres ¿verdad?- preguntó Hernán disfrutando mirar cada milímetro de la persona que tenía delante.

Ese pendejo insufrible y provocador era un deleite hermoso para los ojos de cualquiera y él no lo sabía.

-Sé que tengo arrastre pero...

-Tonto...ven acá, dijo Hernán volviéndolo a besar, estás tan rico con mi camisa negra.

-¿Entonces no te la devuelvo?- preguntó coqueto.

-No sé... yo había pensado en una ducha caliente los dos juntos antes de dormir un rato...Hernán seguía jugando con el extremo bajo de la camisa.

-Y para eso tengo que desnudarme ¿verdad?

-Es solo para no arruinar la ropa

-Claro... ducharse vestido no tendría ningún sentido.

-Ningún sentido, confirmó Hernán mientras le desabrochaba el botón más bajo de la camisa.

Volver a JugarWhere stories live. Discover now