Dos horas y diecisiete minutos habían pasado desde que su turno terminó, dos horas y diecisiete minutos desde que Hernán debería haberse ido a casa y sin embargo estaba ahí, sentado en su escritorio fingiendo adelantar trabajo, pero su mirada estaba clavada en el fondo de la sala esperando cualquier señal de Andrei, cualquier indicio que le indicara su situación
Bárbara había revisado todos los papeles de la denuncia y todo había quedado en una pequeña multa y pagar los daños del auto que destrozó Andrei, después se había marchado para no tener más problemas con el chico, no sin antes dedicarle una cálida y cómplice sonrisa de despedida a Hernán y darle un abrazo a Pedro.
Pedro... seguía sentado en aquella silla de plástico dura donde le había dejado hacía un rato, Andrei era mayor de edad, no necesitaba ningún adulto a cargo, pero Pedro Arellano se había negado rotundamente a marcharse de allí sin su hijo.
Movía el pie frenético y desde la distancia podía ver como se mordía las uñas, aburrido, tres vasitos vacíos de café de máquina descansaban en una silla a su lado y Hernán no pudo evitar sonreír, era como ver a Andrei en el futuro.
Entonces apareció Guillermo al fondo del pasillo con Andrei a su lado ya sin las esposas y cabizbajo, Pedro se levantó de un salto escuchando atento las palabras de Guillermo y después se dirigió al mostrador de recepción donde seguramente estaba terminando de firmar los últimos papeles antes de irse.
Entonces Andrei se giró y lo miró confundido en la distancia, se fijó que no había nadie observando y después se señaló la muñeca en un gesto como mirando la hora con el que claramente le estaba preguntando qué estaba haciendo todavía ahí a esas horas, Hernán torció el gesto y se encogió de hombros, provocando que Andrei sonriera.
Sí, se preocupaba por él, estaba ahí por él, todo ahora era a causa de él y ya no le importaba reconocérselo al pendejo.
Se levantó despacio de su silla dirigiéndose al mostrador de recepción con la excusa de dejar unos papeles encima, rozó su brazo con el de Andrei en un gesto del que sólo ellos dos eran conscientes y supo enseguida lo que pasaba por la cabeza del pendejo cuando sus ojitos verdes brillaron juguetones, el recuerdo de él cogiéndose a Andrei contra la mesa de la salita de interrogatorios llegó a la mente de los dos y tuvo que reprimir fuertemente una sonrisa.
-Intenta no volver a meterte en problemas- pidió Guillermo acercándose a ellos- e intenta que nos volvamos a ver en otro tipo de circunstancia...
Guillermo le guiñó un ojo y después le dedicó una mirada cargada de significado a Hernán antes de marcharse.
-Me cae bien- dijo Andrei.
-Es un genio.
Pedro se acercó a ellos carraspeando nervioso.
-Podemos irnos ya- anunció.
-¿Podemos?
-Andrei...
Hernán enarcó una ceja ante el tono de su pololo, que parecía no poder evitar querer pelear cuando estaba junto a su padre.
-¿Y Bárbara?-
-Ya se fue- Pedro suspiró cansado- ¿me dejas llevarte a casa?
Hernán volvió a mirar duro a Andrei, obligándole a comportarse y darle una oportunidad a su padre, después del problema en el que se acababa de meter y todo lo que su padre estaba haciendo por él era lo menos que se merecía.
-Bueno.
Andrei aceptó y Hernán le sonrió complacido.
-Te llamo más tarde- le aseguró antes de verlos marchar y desaparecer.
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Volver a Jugar
FanfictionEsta historia cuenta sobre como el destino se encarga que dos personas de mundos opuestos puedan encontrarse y seguir un mismo camino...pero este camino estará lleno de escollos y dificultades, sólo el amor y los detalles irán uniendo a esta pareja...