19. Perfect

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Hernán se aferraba al cinturón de seguridad del asiento del copiloto de su auto, miraba de reojo a Andrei que manejaba con una sonrisa en la cara y los ojitos chispeantes, llevaban media hora deambulando por las calles de Viña del Mar y todavía no quería decirle donde lo llevaba, tensó la mandíbula y apretó un freno imaginario con el pie derecho, el pendejo no sabía lo que era mantener una distancia prudente con el auto que tenía delante de ellos.

-Relájate-

Bufó ante la risita burlesca que le dedicó su pololo cuando paró en un semáforo.

-Dime por favor que tienes licencia de conducir.

-Vencida

-¿Qué?- Hernán abrió muchos los ojos girando el cuerpo para enfrentarlo.-¡baja ahora mismo del auto!

-Cálmate es un chiste- Andrei reía mientras volvía a ponerse en marcha- relájate ¿quieres? se te va a salir el corazón del pecho.

El mayor volvió a aferrarse al cinturón de seguridad rezando para llegar cuanto antes a donde fuera que Andrei lo llevaba.

.......

Después de varios minutos buscando un lugar donde estacionar por fin salieron del auto, la ciudad era un caos de gente y tráfico realmente no entendía que hacían ahí. Andrei bajó del auto junto a Hernán indicándole con la cabeza para que lo siguiera, caminaron un par de cuadras llegando a un edificio alto, de unos veinte pisos, blanco y con las ventanas oscuras. Andrei puso una mano en su pecho para que dejara de caminar, haciéndole un gesto para que permaneciera con la boca cerrada.

Hernán frunció el ceño sin entender nada de aquella situación, Andrei miró hacia el conserje del edificio y sacó su celular del bolsillo, hizo una llamada diciendo en voz baja algo que Hernán no pudo entender y unos segundo más tarde el hombre se marchaba de ahí dejando la entrada vacía, Andrei sonrió triunfal guardando el teléfono en su bolsillo.

-Ven, sígueme

-¿Quién...?

Andrei tiró de su brazo y lo empujó dentro del edificio, el pendejo llamaba desesperadamente al ascensor y en cuanto se abrieron las puertas volvió a empujarlo para desaparecer con rapidez dentro de él sin dejar que nadie los viera.

-No estoy entendiendo nada

-Lo sé- Andrei sonrió divertido

Las puertas se abrieron cuando llegaron al piso número catorce y observó como el menor comenzaba a buscar algo sobre el marco de una de las puertas.

-Hacer que pinte paredes públicas lo puedo pasar por alto, pero no voy a cometer allanamiento de morada por ti- te lo advierto pendejo.

Andrei soltó una carcajada a la vez que giraba sobre sí mismo mostrando una llave en alto.

-Es la llave de repuesto de mi papá, siempre la esconde en el mismo sitio.

-¿Este es el departamento de tu papá?-Andrei asintió mientras abría la puerta de la casa- ¿Y por qué nos escondimos del conserje?

-No quiero que le cuente a él que estuvimos acá... eso provocaría que llame y no tengo ganas de hablar con él.

Entraron al departamento y Hernán silbó observando el interior, era uno de esos departamentos grandes y modernos, estaba tan pulcro y ordenado que parecía de catálogo de revista, no tenía nada que ver con el pequeño departamento que él podía pagarse con su sueldo de detective.

-¿Tu papá pertenece a la mafia?-preguntó observando la perfecta y aparentemente cara decoración, porque si se puede permitir un sitio como éste...

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