1 diciembre 2018
Cuarenta y siete días desde que lo vio por última vez, desde que escuchó su voz y sintió su calor.
Cuarenta y siete días sin Hernán.
Andrei se giró en la cama y apretó fuerte los ojos antes de abrirlos despacio, seguía sin acostumbrarse a dormir en esa cama, pero no podía volver a su dormitorio, no después de todo lo que había pasado en ella, después de todas las veces que Hernán había entrado por su ventana, simplemente no podía quedarse allí.
Metió su mano debajo de la almohada y apretó fuerte lo que sabía que había ahí debajo.
Era incapaz de deshacerse de ella, sentía que era lo único que le queda de Hernán, y como un tonto todas las noches apretaba fuerte esa polera de la U manchada de pintura, la apretaba fuerte hasta que la imagen de ese tira chuncho que le había robado el corazón salía de su mente y caía rendido ante el sueño.
......
1 diciembre 2018
Y Hernán llevaba cuarenta y siete días sin poder pisar su dormitorio, no cuando entraba y lo único que veía era esa pared enorme en la que Andrei dibujó Nueva York, su Nueva York.
La primera noche sin Andrei durmió en el dormitorio que tiene vacío en el departamento, esa en la que solo hay un sillón cama que usaba Camilo cuando se quedaba con él después de una noche de carrete, y después ese dormitorio se convirtió desde hace más de un mes en el único lugar de la casa en el que soportaba estar.
Porque es el único lugar que no le recordaba al pendejo.
Suspiró pesado cuando abrió la puerta y evitó mirar a toda costa ese mural lleno de vida y color, abrió su closet buscando ropa limpia y antes de salir vio ese bolsito negro que Andrei llevó consigo el día que lo agarró jugando solo, ese día que por primera vez usó la llave de su departamento.
Reprimió un quejido y le echó un último vistazo antes de salir de allí.
......
Andrei deslizaba sus pies descalzos mientras caminaba hacia la cocina, el calor parecía haberse instalado de forma perpetua en Viña del Mar y no le dejaba dormir bien, o quería convencerse que después de tantos dias la culpa de su insomnio la tenía el calor y no lo mucho que extrañaba a Hernán.
Entró en la cocina y se sentó en una de las sillas altas de la isla americana con una taza vacía entre sus manos, su vista se perdió en cualquier punto en la lejanía de ese inmenso living que tiene su padre.
Jamás pensó que ese lugar se convertiría en su refugio, pero lo había sido durante todo ese tiempo que quería evadirse de todo.
Bárbara apareció peinándose el pelo con las manos y le sonrió levemente.
-Buenos días Andrei.
-Buenos días.
Se sirvió una taza de café y la alzó en el aire.
-¿Café?
-Por favor.
La mujer llenó su taza y le sonrió amable, nunca imaginó que iba a convivir con su padre y con esa mujer que un día odió y culpó por la separación de sus padres, por todo lo que había sufrido por eso, pero ahí estaba desayunando con ella como si todo aquello se hubiese convertido ya en una rutina para él.
Bostezó cansado y vio cómo su padre aparecía también en el lugar, terminando de abrocharse el cuello de su camisa, le dio un beso ligero a Bárbara y pasó una mano por su pelo, saludándole.
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Volver a Jugar
FanfictionEsta historia cuenta sobre como el destino se encarga que dos personas de mundos opuestos puedan encontrarse y seguir un mismo camino...pero este camino estará lleno de escollos y dificultades, sólo el amor y los detalles irán uniendo a esta pareja...