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Sábado.

Malayka.

-Amor- Dije moviéndolo- Eu amor- Lo moví denuevo, esta vez más fuerte- Gordo

-Mmm- Dijo abriendo los ojos

-Tu mamá llamo, dijo que tenés que ir porque vino tu abuela por su cumpleaños- Dije acostándome al lado de el

Me rodeo entre sus brazos y se acercó a mí.

-Buen día- Dijo dejando un beso sobre mis labios

-Buenas tardes diría yo- Dije riendo- Son las tres de la tarde amor

-Me van a matar- Dijo soltandome y parandose- Tenía que ir a buscar a mí abuela al aeropuerto, soy un boludo- Se paró

Se vistió lo más rápido que pudo, dejo un pico sobre mis labios y se fue dejándome sola. Cómo la mayoría de las veces. Suspiré.

Me levanté para hacer la cama y ordenar un poco el cuarto, ya que era un desorden y más tarde iba a venir Ángela. Los chicos habían conseguido ir una joda del primo de nosé quién.

Hice la cama, y junte toda la ropa que estaba tirada en el piso y aproveché a ponerla a lavar, ordene un poco el escritorio tenía maquillaje por todos lados.

-Mala tengo hambre- Dijo mí hermana asomada en la puerta

-Maia son las tres de la tarde, comete alguna fruta- Dije mientras guardaba los básicos de maquillaje en un neceser

-No quiero fruta- Dijo cruzándose de brazos. No sabía a quién había salido tan caprichosa

-Dios Maia, ¿que querés comer?

Caminé hacia la ventana, levanté la persiana y abrí la ventana así se ventilaba un poco.

-Quiero un licuado- Hablo mí hermana

-Aprende a hacertelo sola flaca- Dije saliendo de la pieza para dirigirme a la cocina

-¿Querés que le cuente a mamá lo mal que me hablas y que no te deje salir con tus amiguitos?

Pendeja de mierda.

-No reina- Dije sonriendo falsamente-¿De qué querés el licuado?

-Banana y frutilla

Caminé cansada hacia la heladera y saque las frutas junto con la leche y el hielo, las corte y las tiré en la licuadora con unos cuantos hielos y leche.

Apreté el botón y en dos minutos ya estaba el licuado listo. Aproveché y me servía en un vaso.

-¿Feliz?- Dije dejándole el vaso al frente de ella

-Re- Dijo burlona

-Ahora déjame ordenar en paz

Volví a mí cuarto y abrí mí ropero, tenía que buscar algo para ponerme hoy a la noche. Abrí el cajón dónde tenía las partes de arriba, recordé que la última vez que fui a comprar ropa me había comprado un conjunto amarillo que estaba explotado.

Obviamente iba a ponerme eso, el problema era donde estaba la pollera. Revolvi todos los cajones hasta que lo encontré.

Lo deje sobre la silla del escritorio y me mire en el espejo, hoy tenía algo de autoestima. Abrí la cámara de Instagram.

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MALAYKA || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora