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Domingo.

Malayka.

Unas voces lograron despertarme, abrí los ojos y estire mí cuerpo. Agarre mí celular y salí de la cama. Seguramente mamá y Maia ya habían vuelto.

Caminé con pesadez a la cocina hasta que una voz masculina hizo que frene mí paso, Mateo. Lo olvidé, no me acordaba que Mateo estaba aca y que hacía hablando animadamente con mí mamá.

Volví a caminar hacia la cocina logrando que las mirabas queden sobre mí.

—Se desperto la bella durmiente— Hablo mí mama, le sonreí sin mostrar los dientes.

Rápidamente ella se paro a hacerme un café con leche, como desde chica me lo hacía todos los fines de semana.

Aprovechando que estaba dada vuelta le lanze una mirada asesina a Mateo, no quería que se conozcan. Nisiquiera sabía si éramos amigos.

—¿Porque nunca me presentaste a Mateo hija?— Hablo mí mama mientras batía el cafe— Es un amor.

La mire con cara confusa, no sabía que decirle.

—Cosas de la vida— Hablé finalmente sentándome a enfrente de Mateo.

Mire la mesa, había unas cuantas galletitas sobre un plato junto con dos tazas de café con leche. Una de mí mamá y la otra de Mateo. Rodé los ojos.

—No se parecen en nada— Hablo Mateo. Lo mire.

—¿A qué te referis?—Pregunté.

—No se, la forma de ser—Hablo levantando los hombros.

Tenía razón, no nos parecíamos en nada.

—No sabía que volvías más temprano- Hablé mientras dejaba la taza adelante mio—Gracias.

—Tu hermana—Hablo sentándose al lado de Mateo— Estaba insoportable.

—Que raro—Hablé sarcástica.

Mí mama miro el reloj, acto seguido yo también. Dos menos cuarto.

—¿Te quedas a comer?—Hablo mí mama dirigiéndose a Mateo sonriente.

El me miro, y le dedique una mirada la cual claramente decía que no.

—No quiero molestar— Yo sonreí.

—No molestas, dale quedate cocino re rico—Hablo mí mama, cuando le insistia tanto a alguien es porque le había caído re bien— ¿O no Mala?

Asintí mirando a Mateo con la misma mirada que lo había mirado la primera vez.

—Bueno entonces si no es molestía, si—Volvio a hablar Mateo, logrando que yo suelte un bufido.

—Genial- Dijo mí progenitora— ¿Te gustan los fideos con crema?.

Mateo asintio. Mí mama dijo que se iba a comprar las cosas dejándonos solos.

—¿Sos tarado?— Pregunté una vez que mí mamá cerro la puerta.

—No, ¿por qué?— Pregunto llevándose una galletita a la boca para ocultar su risa.

—Tenias que decir que no— Me pare y me apoye sobre la mesada. Cómo usualmente lo hacía.

—Tranquilizate Mala- Dijo parándose— Me cayó re piola, es buena onda. ¿Cuál es tu problema?

—Nisiquiera sé si somos amigos y ya conoces mí casa, mí pieza, mí cama y a mí mama— Hablé rápido—Ese es el problema.

Rodo los ojos—¿Querés ser mí amiga?— Pregunto con una sonrisa burlona que estaba a punto de borrarsela de una piña.

Morite pelotudo— Hablé saliendo del poco espacio que quedaba entre los dos.

El largo una carcajada.

—Realmente sos un boludo—Deje la taza en la pileta—Confirmadisimo.

—Que difícil la haces Mala—Y volvía a repetir mí nombre.

Esas cosquillas aparecían en mí estómago. ¿Porque estaba sintiendo esto cuando tenía un novio que encima estábamos peleados y ni me preocupaba por arreglar las cosas con el?

—Deja de decir mí nombre Mateo, ya se que me llamo Malayka— Sonreí falsamente.

El se acercó a mi, apoyando una mano sobre mí cintura.

—No se, me gusta tu nombre—Dijo a escasos centímetros de mí boca—Es original Malayka.

Una llamada llego a mí celular, nos separamos y caminé hacia el dispositivo que no dejaba de sonar. La foto de Santino apareció en toda la pantalla.

—Cerra el orto— Le dije a Mateo antes de atender.

Este levanto los hombros y se sentó dónde anteriormente estaba y agarró su celular.

Me apoye sobre la mesada y atendí.

—Hola— Hable.

—Claro ¿no? Peleamos y te vas con ese turrito de cuarta—Hablo Santino a los gritos del otro lado—Así sos.

—¿Que flasheas tarado?—Hablé, Mateo se dio vuelta y me miró.

—No flasheo nada, iba a ir para arreglar las cosas y me encontré a tu mama, me dijo que si, que vos estabas pero que estabas con ese imbécil— Iba a matar a mí mama.

—Es un amigo flaco, ¿que tanto?.

—Si, un amigo que me hiciste cornudo con el—Hablo— Lo nuestro ya fue, anda a garchatelo.

Sin más que decir, le corté. Entre a contactos y lo borre. Bloquee su número en WhatsApp y su Instagram.

—¿Que paso?—Pregunto.

—Cortamos al fin—Dije mientras pasaba una mano por mí flequillo—No lo soportaba más te juro.

Mateo se quedó callado y la puerta de abrió dejando ver a mí mama con una sonrisa de oreja a oreja masó menos.

—Me cruce a Santino— Dijo dejando las bolsas sobre la mesada

—Si, ya sabemos— Hablé yo— Cortamos.

Mí mama camino hacia mí y me abrazo.

—Tranquila, estoy bien—Dije separándome

—Yo pensé....

La interrumpí—Deja, hacia rato quería separarme, gracias.

—Bueno, vayan a tu cuarto si quieren mientras cocino.

Asintí con la cabeza y caminé adelante de Mateo.

—Ojo lo que hacen—Grito.

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vayan a leer la nueva novela que acabo de publicar, es sobre Dani Ribba así q nada ojalá les guste <3

MALAYKA || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora