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Lunes.

Malayka.

—Les vengo a pedir un favor, traten de no querer averiguar más de lo que muestro, porque posta wacho que la mejor con todos ustedes pero hay algunos que ya flashean una banda— Dijo eso y lo subió a su historia.

Hacian ya tres días que a Mateo le llegaban notificaciones y varios mensajes de las capturas sobre mis cosas en el sillón de el. Y era algo que a él le molestaba.

Nuestros celulares sonaron.

la mastur

daniel: k onda petes k ya no hablan

facu bb: Hola mí amorsito

daniel: cómo andas bebo 😍😍😍😍

mateo: No amigo re trolos

mala garcia ✨: talcual JAJAJAJAJAJ @angie

angie: Y si pinta trio? @daniel @facu bb

angie: Joda joda

wosi: Quiero fumar con ustedes 😭

daniel: mal boludo está cuarentena re de mierda

facu bb: encima la paso más solo malardo

thiago bb: yo estoy en lo de mis primos en cualquier momento me mato

angie : Talcual una cagada

mala garcia ✨: yo también estoy más sola,, re aburrida mal

—Bue, anda a cagar— Dijo Mateo.

Largué una carcajada.

—No se que te da risa.

Pase mis brazos al rededor de su cuello—Era joda— Le dejé varios besos al rededor de su cara.

mateo: Es una caradura

mala garcia ✨: callate

angie: Están juntos pa los q no entienden

thiago bb: miralos nomas, se hacen los otros

mateo: cierren el orto

—¿Encima me tenés agendado como Mateo? Más enojado todavía.

—A ver— Rodé los ojos— ¿Como querés que te agende?—Seguía aferrada a él.

—Amor de mí vida— Dijo con una sonrisa y miro mis labios.

¿Acaso querés que te emboque un beso hijo de puta?

—Na, vos no sos el amor de mí vida— Bloquee el celular y lo deje sobre el escritorio.

—¿Ah no? Mira vos.

Me acerque más a él, quedando a pocos centímetros de su cara. Colocó sus manos en mí cintura.

—No, todavía no.

Mateo volvió su vista a mis labios. Y yo recorrí con la mirada toda su cara hasta llegar a sus labios.

Era obvio que los dos estábamos esperando a que el otro rompa la escasa distancia que quedaba entre nosotros. Pero mí teléfono sono, arruinando todo como siempre.

Largué un suspiro y me separé de Mateo. Agarre el celular, era Angie, iba a matarla.

—Amiga— Dije mientras me sentaba en el sillón y veía como Mateo caminaba hacia la puerta.

—Voy a hacer para merendar, te espero abajo—Dijo mientras abría la puerta, le asintí con la cabeza.

—¿Como anda esa convivencia? Por lo que escuche ya se arreglaron— Dijo mí mejor amiga.

—Hija de puta interrumpiste un casi chape forra— Hablé rodando los ojos y tirandome contra el respaldo.

—¡Ay no!—Grito la morocha— La puta madre, siempre cago todo.

—Si, la verdad que si—Dije riendo.

—Bue— Solto—No es mí culpa que ustedes tarden mil años en darse cuenta que se tienen las re ganas.

—Callate Angela— Dije parandome.

—Es la verdad amiga, al fin se dan cuenta.

—No se que estás diciendo, pero estás flasheando.

—Tranquila, ahí voy a estar para decirte te lo dije puta— Negué con la cabeza, esta chica era imposible.

—Sos una boluda— Me reí— ¿Para que llamabas?

—Estaba al re pedo y pensé que vos también, pero veo que tu noviesito te espera para merendar.

—Y la perra seguía y seguía.

—Despues hablamos bella, te amo— Se despidió mí amiga.

—Yo mas— Corté.

Me tire en la cama, mire el techo y suspiré. Tenía que hablar con Mateo, está situación hacia varios días que me estaba volviendo loca.

Puse mí celular a cargar y fui a abajo. Encontrándome a Mateo dado vuelta mira el como el agua se calentaba.

—¿Necesitas ayuda?— Pregunte.

—No.

(...)

—Eu—Lo llamé.

—¿Que pasa?— Saco su vista del celular y me miro.

—Nada, hace rato ya que me venia preguntando algo y nada con todo lo que pasó quedó ahí— Explique mientras giraba en la silla del escritorio de Mateo— Pero ahora esa duda volvió.

—¿Que duda?

—Nada capaz estoy re flasheando deja.

—Dale turra, sabes que estamos en confianza.

—¿Que somos?— Baje la cabeza.

—¿Esa era tu duda?— Pregunto Mateo.

Asintí con la cabeza.

—No se, ¿que querés que seamos?— Hizo una pausa—Yo diría que tengo que ser tu wacho porque posta no se de donde saco tantas fuerzas para no comerte la loca. Nomás digo— Levanto los hombros.

—No hace falta que seas mi wacho para que me calmas la boca.

Me tire sobre él, y ahora fui yo la que ya no tuvo fuerzas para contenerse. Por fin nuestras bocas de juntaron después de tantos meses. Todavía los recordaba de esa vez que estaba en pedo en el boliche, dónde nuestra historia había empezado.

MALAYKA || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora