CAPITULO 11 - No hay salvación

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Me gusta mucho cocinar, más si es sola, así tengo mis propias reglas, la comida ya la acabe, así que quise hacer algo más completo, prepare una limonada.

Al acabar ya todo, quise poner la mesa, pero no encontraba ningún elemento, así que me dedique a buscar por todos los estantes, y en un cajón encontré cubiertos e individuales. Pero al sacar los individuales, callo un llavero, me agache a recogerlo y tenía una foto, era un hombre muy parecido a Ethan, tenía el mismo color de cabello y sus labios. Tenía detalles plateados y al voltearlo, lo leí:

"Vivirás por siempre en nuestros corazones"

Arturo Torres Solís

M: 5-10-2009

Me le quede mirando, el me contó de esta etapa, grabe es imagen en mi mente ya que era la única foto de su padre en toda la casa.

Me sobresalte al escuchar la puerta abriéndose así que deje el llavero encima y me puse a colocar la mesa, alce la vista y era Ethan, eso me alivio ya que pensé que vendría su madre o algún familiar.

—Hola, preciosa. —se acercó a mí y me dio un beso en la mejía.

Tenía un estuche de un violín en sus manos. Ahora si estaba confundida.

— ¡Hola! —entro una niña eufóricamente a la sala.

Lo que más llamó mi atención fue un gancho de una rosa roja en su cabello, tiene los ojos negros de Ethan y su papa, su piel es demasiada pálida más que la de Ethan, su cabello era a la altura de su hombro con cerquillo pero su cabello era negro, opuesto al de Ethan.

Se acercó a mí y me dio un abrazo, me pareció muy tierno esto. Mire a Ethan para entender lo que pasaba.

—Así que tú eres... —se colocó en una posición pensativa. —No hace falta pensarlo, este tonto se la ha pasado hablando de ti. ¿Tú eres su novia verdad, Brianna?

Me sorprendió la comodidad en la que hablaba.

—Nubecita, ve a tu habitación a cambiarte, para que comas. —ya que estaba con uniforme.

Creo que quiso esquivar la pregunta.

Vi a la niña que subió cogiendo su estuche de violín. Me acerque a Ethan que se estaba comiendo todo, lo mire para que explicara algo.

—Es mi hermana, tiene 9 años como ya te había mencionado. Me había olvidado que tenía que recogerla de sus clases de violín, no quise decirte porque tal vez te quisieras ir, mi mama llega dentro de 2 horas aun, así que no te pongas nerviosa.

Y...respondió a todas mis dudas.

— ¿Nombre?

—Se llama Aida.

—Bueno, deja yo serviré, ve a sentarte.

— ¡Te ayudo!

Lo arrastre hacia una de las sillas para que se quedara quieto. Hasta que bajo Aida con ropa más casual sin sacarse la rosa que tenía en su cabello sedoso.

Me acerque a ellos con dos platos de lo que prepare y se los deje en la mesa con un vaso de bebida. Me les quede mirando apreciando las similitudes y diferencias entre ellos, tenían el mismo brillo en sus ojos y el mismo lunar en su mandíbula.

—No la dejes ir, tonto, sabe cocinar. —menciono Aida tomando la limonada.

Me acerque a ella y le susurre:

—Quemo las papas.

— ¡Lo sabía!

— ¿No piensas servirte? —dijo Ethan observándome.

Fumando tu recuerdo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora