CAPITULO 4 - Es el espejo del alma

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Hago el ridículo para hacer reír a las demás personas, pero porque simplemente no podía pararme al frente de todos, a leer unas hojas. Tape mi cara con las hojas y empecé a leer, muy mal.

—Te veo todo los recesos con un libro en la mano. Y no puedes leer unas simples hojas. —Se levantó de su escritorio y se aflojo la corbata. —Hazlo todo de nuevo.

Esta es la quinta vez que me pedían, y en cada vez todos se reían de mí, era realmente humillante.

—No lo pienso hacer de nuevo, me sigue haciendo que lo repita. Viene a enseñar, no a usar a los estudiantes como sus bufones. —no quise ser grosera en ningún momento, digo lo que pienso, y si algo me molesta lo digo, claro con las palabras adecuadas. Peo no seré su mono de risa para animar su clase.

—Si te pido que lo repitas, es porque lo estás haciendo todo mal. No dejare que una simple estudiantes me hable de esa mane...

—No fui vulgar, solo dije lo que opino.

— ¡No me interrumpas cuando estoy hablando! —Gran parte de los del salón, incluyéndome, nos asustamos por el repentino grito que dio. —Era tu castigo y lo tenías que cumplir, yo soy el profesor y tú haces caso, no respondas. Vienes a educarte, ¿eso te enseñan en tu casa? Si es así, que desastre de familia tienes. —Cálmate Brianna, no explotes, y no habrán más castigos.

—No hable así de mi familia, por favor. —apreté mis puños, tenía ira, y quería gritarle un sin fin de cosas a este tipo, pero no podía. Mire por la ventana tratando de despejar mi mente de estos pensamientos.

—Te la pasaras el resto de mi clase, fuera de este salón. No entraras hasta que yo salga, agarra tu mochila. Tendrás un rojo que sabes que es cero. Y te pondré que no viniste. —suspire, saque ese aire, porque al menos esta pelea se acabó.

Agarre mi mochila, escuche que algunos se reían, le di un último vistazo a Gabriela. Pero ni se fijó en mí, hacia sus típicos garabatos en su cuaderno. Bien, eso era todo. Solo salí y me quede en el pasillo, justo al frente de la puerta.

Empezaba a cuestionarme ¿Qué demonios me pasa? ¿Quién era yo? Hace 2 días mi único objetivo era esforzarme al máximo en el colegio. Hace 2 días casi nadie me notaba. Ahora soy la que se revela casi a fin de año. Cierto es fin de año, necesito mejores notas, no hacer que los profesores me odien.

Quería olvidar todo un rato, dirigí mi vista al reloj que hay en la entrada del pasillo y solo faltaba 1 hora para que su clase acabe. Siempre está mi fiel compañero. Un libro, y que mejor que un libro de Elizabeth Eulberg, que por cierto es mi escritora favorita. Dedique lo que quedaba de su clase sentada en el piso leyendo.

Hasta que escuche la campana, que indicaba el cambio de hora, guarde mis cosas y me levante. Me quede afuera esperando hasta que salga. Cuando salió me empujo un poco con su hombro, tal vez sea imaginación mía. Espere que venga el profesor.

—No deberías hablarle así al profesor. —escuche a Gabriela decir.

— ¿Y qué esperabas? Que lo observe mientras se burla de mí. —sarcasmo.

—Solo fue una broma de su parte.

—Mira como me rio, de sus bromas.

Entro el profesor, y comenzaron las clases, esta vez matemática, algo con que distraer mi mente. Hice los ejercicios pero esta vez no salí a la pizarra, no me sentía bien. Y mi mente no estaba 100% como debería estar.

***

No pasó nada interesante hoy, por alguna razón me encerré en el baño en receso, en lugar de buscar silencio, yo misma hacia bulla con mi llanto, todo se acumulaba, todo se venía abajo. Las demás clases ni puse atención, eran Historia y Literatura. Pero realmente no me intereso.

Fumando tu recuerdo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora