Aprender a vivir sin ti

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Toda una maldita tarde para pensar y terminar en una respuesta que cualquiera que sea la definitiva iba a afectarme. Una vez más me tire a mi cama frustrada teniendo los pensamientos inundados en momentos vividos. Me fije por décima vez en el reloj [9:57 p.m.] Pensaba una vez más en las posibilidades de estar ahí y abrazarlo. N abrazo podía salvarme pero un golpe podía terminar matándole.

Al diablo, no podía perderme más de lo que ya lo había hecho.

Me pare de golpe y me puse mis zapatillas, colocándome mi casaca. Salí silenciosamente de mi cuarto a pesar de que había primos en mi sala, no era la primera vez que hacia esto.

Odio esa yo que se refleja en ti. Al cuidarte, me cuido a mí.

El camino hasta allá era una hora, estaba dudosa en si ir, el frio era abundante, esperaba que congelara mis pensamientos y callara esa voz que me decía "¡Bájate ahora mismo de este carro!"

Mire el celular una vez más antes de tomar el segundo carro para ir directo al terminal de buses. [10:40 p.m.] Mierda, a este paso no iba a llegar nunca.

La ventana del carro estaba abierta y el viento resoplaba en mi rostro haciendo que mis labios temblaran. Sumándole que mis manos sudaban a chorros al ver que estábamos a unas cuadras y podía ver el lugar. Mi corazón palpitaba como si se fuera a salir, quería bajarme de este carro sin importar que este en movimiento.

El carro se detuvo indicándome que había llegado a mi destino, la decisión estaba en mí en si ponerme en marcha o pagar de nuevo para irme.

No he venido aquí por las puras, me baje a torpes pasos del carro, haciendo notar mi nerviosismo.

Entre al terminal dando pasos largos, un poco cantidad de gente reinaba las sillas debido a las altas horas de la noche.

Me acerque a la ventanilla donde el único cartel que indicaba el destino que supuestamente el tomaría.

—Buenas noches, disculpe. —capte la atención del muchacho. — ¿El bus a Lima ya salió?

Tan solo preguntarlo y esperar una respuesta negativa me hacía tener los nervios a flote.

El muchacho se alejó verificando en la computadora detrás suyo, el chico solo se tardó unos minutos que para mí eran horas.

—Acaba de salir hace 20 minutos. ¿Querías despedirte de alguien? —me pregunto muy amablemente lo que me hiso pensar.

Hace un momento quería maldecirle, pero su sonrisa tan sincera me hiso callar.

Saque el celular de mi bolsillo y lo prendí viendo la hora. [11:23 p.m.]

Suspire y me volvi a fijar en el muchacho esperando mi respuesta.

—O ¿Perdiste tu viaje? Lo podemos cambiar, saldrá otro en 1 hora.

—No, no es nada. Disculpe y tenga una linda noche. —le dije con una sonrisa a medias.

Me aleje de la ventanilla, y me senté en las sillas vacías. Era una estupidez a ver venido hasta aquí sin conseguir nada. Mire la pantalla de mi celular que tenía un pequeño Yin y Yang con el fondo negro que debería cambiar. Y así lo hice cambie ese fondo que me hacía acordar a él.

El tendrá un tatuaje que le recuerde a mí, yo viviré con él en mí. No necesitaba acordarme un tatuaje para tenerlo presente todos los días.

...

Y ya no aguantaba, sabía que no entraba a redes sociales por más que le dejara mensajes todos los días contándole como es mí día a día.

Daria todo para que el entienda un poco lo que yo sufrí y aún sigo estancada en este hueco.

Todas las veces que me senté sola escribiendo en hojas contando todo lo que me pasaba deseando que alguien me escuche y no me juzgue.

No debería darle tanta importancia, era mejor alejarnos, deje de pensar en ti y pensé en mí. Llegaste a darme 4 meses maravillosos de felicidad y dejar un año de total mierda. No hay ni un jodido día que no piense en él, que no vea sus conversaciones y no llore. Sonara masoquista.

Gracias por dejarme una enseñanza a no confiar tanto en alguien. Sentía que contigo era otra, me aconsejabas me dabas lo que quería recibir del mundo. No me interesaba si nadie estaba orgullosa de mi, si nadie me quería, si nadie me decía Buenos días, porque él lo hacía.

Cuando fue su cumpleaños, sentí ese bajón de ganas. No quería hacer nada, el año pasado estuve con el riendo, pasando el mejor día y ahora ya no estaba, quería hacerle una torta e ir hacia el cantando. Quería ir y decirlo lo mucho que lo necesito y quiero.

Visite la tumba de su padre tenía las esperanzas de que el estuviera ahí. Cuando él se fue volvió solo por su padre y por un momento pensé que sucedería lo mismo.

Nadie me aviso que el dejar ir a alguien iba a doler tanto.

El primer amor no se olvida, tus experiencias en el amor no se olvidan, salí a tiempo, todo me hacia acordar a ti, hasta lo mas mínimo, hasta una simple taza me recordaba viejos tiempo. 1 año ha pasado sin ti, consigue lo que has soñado y yo luchare por los míos, como una vez dijiste lo de nosotros era conocernos pero no estar juntos. 

Si algún día el mundo nos vuelve a unir no tendré idea de cómo te veras, te invitaría a tomar un café y té contaría como fue vivir sin ti. Tendré que luchar yo sola por recuperar mi confianza, mi amor a mí misma, mi timidez, mi sonrisa, mis sueños, mis ganas de vivir.

El dolor sigue ahí, nunca se ira. Aprendí a dejar ir a las personas que amo. Es duro pero es mejor hacerlo que sentir un dolor eterno y un vacío en el estómago que solo me hará más daño.

Mira, si sabes esa persona será feliz en otras condiciones con otras personas y lejos de ti, entonces lo aceptas y la dejas ir. Yo lo llamo felicidad merecida a cambio de infelicidad.

Te daría las gracias, gracias a ti salió esta historia. Y me siento mejor de no hacer caso a mis pensamientos de noche que decían ¡Traga esas pastillas! ¡Córtate las venas de nuevo! ¡Tírate de ese puente! Si no, no estuviera contando esto. 

Fumando tu recuerdo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora