Parte II

35 7 0
                                    

Me negaba aceptarlo, sonaba como despedida. No quería seguir escuchándolo, hacia fuerza y no podía verlo así.

—Prométeme algo.

Me separe de él, para mirarlo a sus hermosos ojos.

—No, no te prometo nada. Vas a salir de aquí, iremos a tu casa, jugaremos videojuegos, te dejare ganar.

—Cariño, no hay tiempo para mí...

Cualquier otra palabra habría dolido más que esa, me sentía adolorida como él. Escuchar eso me hizo odiarme, por no pasar más tiempo con él.

—Prométeme que nunca te acercaras a esto, no harás nada para destruirte. No te acerques ni siquiera a probar, alcohol, cigarros, drogas.

Tome su mano, queriendo parar mis lágrimas, sentía que me destruía por dentro.

—Te lo prometo.

—Lo siento por no tener nuestro primer beso.

Me acerque a él, no me intereso nada más, quería unirme a él. Lo bese, me beso, a pesar de que había dolor acumulado, también había amor.

—No llores cariño, no me gusta ver tus ojitos así, cuídate y se feliz. Siempre te has merecido lo mejor.

—Te lo prometo, solo lo hago porque saldrás de aquí, y seremos felices y nos cuidaremos entre nosotros. Discúlpame tu a mí, por no buscarte lo suficiente, por no ayúdate la última vez.

Entro una enfermera, y me obligo a salir, le pondrían medicamentos y le haría dormir. Quería dormir con él, quería estar con y salir de aquí.

—Llévate mi polera, hace frio afuera.

Y así fue, me traje un recuerdo de Diego conmigo.

Habían pasado solo 3 días desde que lo visite, lo peor estaba por venir. Recibí un mensaje de la misma cuenta, me escribieron para ir a su funeral, a la mañana siguiente que fui a verlo, falleció.

Al leer eso, quería que me diga que es una broma, el aire me faltaba, todo en mí se sentía mareado, sentía que caería, pero la caída pasó al cruzar esa puerta de hospital.

Nunca fui a su funeral, no podía, era demasiado para mí. No podía ver su cuerpo sin vida, no podía sentir su presencia.

30 De septiembre de 2017

En el cementerio el día que lo enterraron, no quería venir, pero quería despedirme. No me despedí en el hospital, tenía que verlo por última vez.

Llegue corriendo al cementerio, siguiendo todos los datos que me dieron.

Toque su cajón antes de ser bajado, observe a su madre llorando en la otra esquina. Solo me quedaba abrazar mi mano, como si el aun siquiera conmigo.

Me aleje, y habían llantos, su cajón blanco siendo bajado, tirándole arena y pétalos, nunca conocí al padrastro. Pero estaba segura que era el hombre que era el hombre que sostenía a su madre.

Quería acercarme, golpearlo, gritarle todo lo que pensaba. Hizo su último año una miseria. El no merecía esto, aun así tenía el descaro de venir

Todos se iban desvaneciendo, tuvieron que arrastras a su madre fuera, pero nadie me movía a mí. No quería moverme.

Mirándolo, mientras él se alejaba.

---

Un mes había pasado, cada maldita cosa me acordaba a él. El primer amor nunca se olvida, duele, y dolerá. Sea cual sea la situación.

Solo tenía 13 años, llegaste a enamorarme, pero es tan difícil olvidarte. Me aferro a ti, no te dejo ir. Llorare por ti, llorare por el dolor, llorare por los recuerdos y momentos.

Cada cerraba los ojos, veía como bajaban tu cajón. Te veía en el hospital, sin ti mi vida se volvió tan sola. Cada noche miraba nuestros mensajes. Cada noche presionaba el símbolo de la llamada y dolía que nadie contestara. Te escribía de mí día a día pero no me contabas el tuyo.

Fui a tu misa de un mes. Conocí tu casa, se veía pequeña, acogedora con muchos recuerdos para ti.

Me senté lo más cerca al altar que te hicieron con tus fotos. ¿Cómo fui vestida? Abrazada a ti, usaba tu polera, aun tenia tu olor a cigarro y el perfume.

Me dieron un ángel de cristal, atrás tenia tus iniciales. "Buena persona" eso decía, lo sabía, el mundo te hiso torcerte.

El ángel es lo único que tengo de ti.

[ACTUALIDAD]

Ethan me miraba con pena, pero no podía hablar de Diego sin llorar.

—No te veo con la pulsera. —dijo el en un hilo de voz.

—Cuando se cumplió un año de su muerte, volví a su tumba. Reconocería el camino, su tumba, la banca que tiene frente a él, el árbol con un listón negro. Le entregue la pulsera, no podía seguir viéndola. Le prometí que no haría nada para dañarme, pero su recuerdo me dañaba.

—Aun es duro para ti. —me abrazo acurrucándome en su pecho.

—Han habido veces que se volvía complicado, aún tengo un frasco de pastillas en mi habitación. Quería tomarlas y morir con él, así sería más fácil vivir.

[RECUERDOS]

1 año, estoy sentada frente a ti. Ya te entregue lo que me aferraba a ti. Saque el frasco de pastillas.

—Y si, solo me reúno contigo. No quiero llorar, no quiero imaginarte entre la multitud.

Me sentía molesta por una extraña razón, mi ira se combinaba con mi dolor.

Me pare y tire el frasco al piso y ver como se destrozaba y todas las pastillas tiradas en el piso.

—No puedo seguir así, ¡Deja de doler! No puedo agarrar ese frasco cada noche queriendo morir. Te fuiste pero sigues aquí. Te fuiste y te llevaste gran parte de mí, Diego.

...

Nunca hable con nadie sobre Diego, pero aun duele como si hubiera sucedido ayer.

—Cuando me operaron fue en el mismo hospital. No la misma habitación. Ni siquiera quería estar ahí. Me imaginaba que cruzaría la puerta y me daría confianza. Si algo salía mal, solo pensaba en él. Si sentía nervios, recordaba sus ojos. Ahora no tengo nada que me una a él, y me arrepiento.

Ethan solo me miraba, no podía hacer mucho, no es como si chasqueara los dedos y el dolor se iría.

—Hace unos días me entere de algo. El gasto el dinero con el que se iría en esas pulseras. El soporto los golpes de su padrastro por mí. Me hace sentir culpable por lo que paso. De haber sabido que ese día iba hacer el último nunca me hubiera ido.

—No es tu culpa, él te quería.

—Lo he estado soñando y quiero avanzar.

—Lo harás, lo haremos juntos. Avanzaremos despacio, no te apuro. Vence tus miedos aun. —aseguro con tanta confianza.

—Tú también me gustas, me haces olvidar el dolor. Pero no me siento lista para iniciar algo serio, un no. Tengo tantos demonios que afrontar.

—Te daré el tiempo que necesites, te ayudare en lo que necesites.

Lo abrase para tapar el dolor, para engañarme a mí misma que ya no lo recuerdo.

Dicen que muchas veces todas empezamos bien pero siempre el camino se tuerce.

Las cosas se complican cuando dos almas destruidas empiezan a sentir de más, así nos pasó.

Fumando tu recuerdo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora