Un Corazón Oscuro © #2 [✔]

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Hay revelaciones en el aire

Melissa

Han pasado algunos días desde que conocí a los hermanos Presley; desde entonces he pasado las noches no solo haciendo la tarea de la universidad, si no también ayudándolos a encontrar a Charles y con suerte también a Leticia. En el tiempo que llevo tratando con ellos he podido serciorarme de varias cosas. Verónica es justo lo que pensé de ella la primera vez que la vi—una perra desquiciada—o tal vez exagero; es muy mandona, cree que está por encima de los demás; cosa que me molesta en magnitudes gigantescas.

Había algo en ella que me hacía desconfiar. Ambos me contaron sobre la organización a la cual buscan; en donde Charles esta involucrado, pero siento que Verónica a veces busca algo más que solo atrapar los malos—creo que he visto demasiadas películas de misterio—igual pueden ser cosas mías. En el caso de Víctor quien es todo un encanto, en todo el sentido de la palabra. Es muy servicial, honesto y muy inteligente. Hasta de ha tomado la molestia de ayudarme con mis tareas, en lo que he estado muy agradecida. A parte que su belleza a veces creo que es inhumana.

Pero a ti te gusta todo el mundo.

Cállate consciencia.

No he parado de pensar en Leticia, en como estará, en sí ese maldito le habrá hecho algo. No paro de sentirme en parte culpable al insitarla a que se acercara a él sin haber notado lo peligroso que es, pero no podía retroceder el tiempo, solo esperar a que ese infeliz no le haya hecho algo malo.

Me encontraba en mi departamento estudiando para la temporada de exámenes que se venía en poco tiempo. A veces es tediosa la soledad de este gran apartamento, a veces quisiera encontrar a la persona correcta y que vivamos juntos pero hoy en día nadie quiere algo serio y tampoco me quiero arriesgar a conseguir a un psicópata como Leticia.

Quedaste traumada mija.

Así es consciencia.

El sonido del timbre me saca de mis pensamientos, eran las 3pm ¿Quien se habrá acordado de mí existencia? A veces es triste que solo Leticia aguante a una chica tan rara como yo pero los demás se lo pierden.

Soy lo mejor que le puede pasar a cualquiera.

Palabras de Leti, no mías.

Con toda la pereza del mundo me levanto del escritorio para caminar hasta la puerta. Al abrirlae llevo la gran sorpresa de ver a la madre de Leticia justo frente a mi. Se veía algo cansada, con notables ojeras en sus ojos, llevaba una coleta de caballo, su vestimenta consistía en una camiseta blanca y vaqueros azules. Y su mirada era la de una triste.