¿Qué es una obsesión? Una maldita inquietud que te mueve día y noche y no te deja dormir ¿La mía? Es alta, morena con ojos tan grises que me hacen dudar del tiempo y de quien soy.
Me odia, es un idiota homofóbico que no puede mantener la bragueta c...
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Eran pasadas las diez de la noche cuando Yevgeny llegó a la casa de Gabriel, donde lo recibió la novia de este.
—¡Amigo! —exclamó el campeón mientras se echaba sobre el sofá de terciopelo rojo en medio de la sala.
—¿Como estás?
—Hey, ¿por qué esa cara? ¡Es una gran noche para ti! Anyka, trae champaña. ¡Hay que brindar!
La exuberante mujer hizo lo que Gabriel le pidió, ignorando la negativa de su invitado.
El hombre abrió la botella. Algo del líquido se derramó sobre el piso de madera una vez que sirvió el contenido.
—¿Qué me has traído?
Yevgeny levantó el pendrive.
—Porno gay del hard.
Gabriel comenzó a reír.
El luchador se acercó al televisor y colocó el dispositivo. Yevgeny se avergonzó cuando las imágenes aparecieron en la pantalla.
—Es tarde, será mejor que me vaya.
—¿Qué? ¿No te quedarás a ver esto conmigo? ¡Vamos! ¡¿Cuántas oportunidades tendrás de ver a Iván en una situación como esta?!
—¿Es en serio? Es solo un tipo follando —espetó con un atisbo de enojo.
—Claro que no. —Gabriel sonrió—. Es el triple campeón mundial de kickboxing y uno de los médicos deportivos más importantes de Europa.
—No me interesa. Vi todo en vivo y en directo. No estoy interesado en la repetición. Además, está tu novia. ¿Qué va a pensar?
—Ella no interviene, no te preocupes.
—¿Sabes? Ese es tu problema, pero creo que ya te lo he dicho.
—¿Cuál?
—Te crees distinto a Iván, aunque te comportas del mismo modo. Eres solo una burda imitación de él.
Gabriel se puso de pie y se acercó para tomarlo del cuello.
—Repite lo que acabas de decir.
—Deja de darme la razón. —Yevgeny agarró la mano e intentó sacarla de su cuello.
—Vete de aquí. Lukas te dará el cheque mañana. No vuelvas.
Gabriel dio media vuelta solo para lanzarse de nuevo en el sillón y quedarse viendo la grabación.
Yevgeny le había vendido su alma y su dignidad a ese demonio y ahora tenía que vivir con las consecuencias. Salió de la casa y lo primero que hizo fue encender un cigarrillo. Todo estaba listo. Ahora faltaba el visto bueno de Lukas, y entonces cada persona conocería al verdadero Iván Zhukov y a su médico personal.
