¿Qué es una obsesión? Una maldita inquietud que te mueve día y noche y no te deja dormir ¿La mía? Es alta, morena con ojos tan grises que me hacen dudar del tiempo y de quien soy.
Me odia, es un idiota homofóbico que no puede mantener la bragueta c...
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Iván se dedicó a entrenar ese día. Ale tomaba datos, examinaba, diagramaba los próximos días y pensaba.
¿Cómo lograr darle celos? ¿Con quién? Sin embargo, cuando el destino está sellado y las casualidades se vuelven «causalidades»...
El celular de Ale sonó una y otra vez.
—¿Yevgeny?
—¡Hola! Quería saber si mañana debo entrenar con Iván.
—Por supuesto. Te espero temprano.
—¡Genial! Oye, ¿te gustaría salir a beber algo?
—¿Yo? —indagó el médico con un deje de confusión.
—Sí, tú. Estoy hablando contigo, ¿verdad?
Alejandro rio nervioso, todavía sin tener en claro qué hacía.
—Seguro, no hay problema.
—Iré con otros amigos, si no te molesta.
—Para nada.
Era increíble que ese hombre se animara a hacer algo como eso considerando que a simple vista compartía el mismo sistema de creencias con Iván y en el tiempo que se conocían habían hablado muy poco.
—Nos vemos más tarde entonces. ¡Adiós!
Ale sonrió y cortó la comunicación.
—¿Con quién hablabas?
—¿Por qué?
—Te ha dejado cara de idiota.
Y cuando una oportunidad así toca tu puerta, no puedes desperdiciarla.
—Nadie que te importe —respondió, y lo ignoró—. Quiero tres circuitos de flexiones ahora.
—Estás enojado.
—¿Qué derecho tendría? Soy tu médico, nada más, pero no me faltes el respeto frente a tus novias. Lo de hoy no tiene que repetirse.
—Camila también se enojaba con Katrina. Supongo que ella no puede evitar colarse en mis pantalones.
Y el bastardo se encogió de hombros como si se tratara de una pobre víctima, la cual sucumbía a los deseos de los otros.
—Y tú no pones demasiadas objeciones, ¿verdad? Escucha una cosa, Iván. Por si no te has dado cuenta, no soy Camila. La próxima vez que esa chica esté aquí en tu horario de entrenamiento la echaré a patadas, ¿quedó claro? Ahora apresúrate. Hoy terminaremos antes. Voy a salir esta noche
—¿Qué?
—¿Quieres que te lo repita?
—¿Y se puede saber a dónde irás?
—No es de tu incumbencia.
—¿Qué has dicho?
—¿Amaneciste así o la follada con la rubia te ha dejado sordo?
