8 ¿Qué hacemos ahora?💖🔥

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Ale quería que la tierra se lo tragara

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Ale quería que la tierra se lo tragara. Iván respiraba tan profundo sobre su hombro mientras yacía a su lado. Su aroma inundaba sus fosas nasales; la suave colonia mezclada con el sudor picante. Era muy tarde. Lo había dejado sin opciones.

—Supongo que me ganaste en mi propio juego —dijo Alejandro y se limpió el semen de su pecho y cuello.

—¿De qué hablas? —Iván levantó su cabeza y se afirmó sobre su codo derecho en la cama.

—¿Eres tonto? Me he acostado con el homófobo más insoportable que he conocido. Le terminé dando la razón de que soy una puta. He tirado todo el profesionalismo y mis años de trabajo por un polvo. Nadie me tomará en serio después de esto.

—Ale... —Iván frunció el ceño. La inseguridad hizo temblar su voz.

—Mañana tu mánager tendrá mi renuncia. Tenías razón cuando me dijiste que eras el tipo de todos.

El rubio iba a ponerse de pie, pero Iván lo jaló a la cama y pegó su torso a la espalda.

—¿Piensas abandonarme ahora? ¿Qué clase de médico eres?

—Uno muy irresponsable si tengo en cuenta lo que acabo de hacer.

Iván movió su pelvis, buscando pegarse al rubio. La hombría entre sus nalgas acariciaba la sensible entrada, lista para una nueva sesión amatoria.

—Tú no vas a ir a ningún lado. No pienso aceptar tu renuncia, ¿quedó claro?

—Iván, necesitas límites, algo que yo no podré ponerte luego de... tú me entiendes. Me convertiré en una nueva Camila Chernova. ¿Sabes qué? No estoy dispuesto.

—¿Disfrutaste lo que hicimos?

—¿En serio me estás preguntando eso? Creí que mis gemidos habían sido contundentes.

—¿Y no quieres repetir?

Sí, Ale lo deseaba una y mil veces, pero la frontera entre el placer y el amor se volvía demasiado borrosa. Una vez más sería irreversible.

—Lo mejor es que me aparte, Iván.

—¿Tengo que llenarte de nuevo para que dejes de hablar?

Y esa pregunta era música para los oídos pecadores de Alejandro.

—No vas a callarme con esa amenaza.

Iván chupó sobre el cuello esbelto y mordió el lóbulo de la oreja. Ale se removía, intentando crear distancia. Nunca lo lograría por una sencilla razón: deseaba estar unido a ese cuerpo fibroso, beber de sus labios, disfrutar cada obscenidad que le propinara, e Iván podía parecer tonto, pero conocía muy bien sus talentos, y el sexo estaba entre ellos.

De un solo empuje volvió a ingresar en él.

Ale se sostuvo del posesivo brazo que lo rodeaba.

—No te estaba amenazando. —Salió casi por completo y movió sus caderas para buscar el punto justo. Luego volvió a embestir con toda su fuerza—. Te estaba advirtiendo.

Mi Obsesión T.O Libro 1 (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora