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Me voy de viaje a Rumanía.

Solté cuando ya habíamos terminado de cenar y de comer el postre de limón que mi madre se había animado a hacer al bajar y ver que Penny estaba en el jardín haciéndome compañía, visitándonos nuevamente. Si bien el humor agradable de la cena disminuyo, aun no era de esos que te provocaba cerrar los ojos y desaparecer o pegar un grito para que dejaran de mantenerse callados, echándose algunos vistazos.

Odiaba esos silencios incómodos.

Los ojos azules de mi madre oscurecieron varios tonos y un pellizco de culpabilidad me toco cuando note como el brillo recuperado en la tarde desaparecía por completo. Mi padre por otro lado tenia su cabeza ladeada, y sus ojos verdosos me analizaban. Pronto puso su codo sobre la mesa y apoyo su barbilla entre su gran mano, sin dejar de mantener su mirada sobre la mía.

— ¿Podemos saber que harás en ese lugar?— La voz de mi madre recupero su tono duro y exigente, y mis comisuras temblaron con una sonrisa, aunque no era el momento apropiado para ello— dijiste que ibas a tomarte un descanso de tu trabajo.

— Y lo estoy haciendo, no voy como rompemaldiciones a Rumanía, si es lo que te preocupa.

El gesto endurecido en su rostro se suavizo lentamente, pero mantuvo sus ojos afilados y opacos clavados en una silenciosa guerra contra los míos. Ella y mi padre parecían dulces como las ranas de chocolate, pero solo bastaba un segundo para que me intimidaran como a una chiquilla. Podrían hacerlo, amedrantarme, o hacerme sentir como una mala hija, pero mi decisión no cambiaría. 

— ¿Entonces que harás, cariño?— Mi corazón repiqueteo de repente cuando mi progenitor me hablo con voz suave y sedosa. Y aunque él nunca gritaba, sentía que asustaba mas su calma que cualquier grito.

Mire a Penny, quien estaba erguida en su silla y apretando nerviosamente bajo la mesa sus frascos de pociones. Gesticule una disculpa con mis labios, no quería que ella viera esto, pero era bastante impulsiva y termine desembuchando mi decisión como si nada. Sin meditar las opciones que había considerado con anterioridad.

Penny carraspeo y formo una sonrisa amable, rompiendo por completo el mal ambiente y, empujándome un salvavidas.

— Es un lugar precioso. Le comenté por carta con mi lindo Hanz que esperaba pudiera visitarlo. Entonces, como nuestra compañera Chiara esta aún por cuestiones personales... Aileen dijo que estaría encantada de reunirse con ella y descansar de su agotador trabajo.

Aunque mi madre pareció relajarse un poco con ello, mi padre ladeo su cabeza, conectando los cables en su sitio, y supe que cuando clavo sus ojos en el postre frunciendo sus cejas para finalmente parpadear con los ojos muy abiertos, que sabía a que iba a Rumanía. Vio a través de la mentira piadosa de Penny.

Y en parte era mi culpa. Tenia las pistas gracias a que yo misma se las brinde al preguntar sobre la carrera anual de escobas y si podría decirme donde encontrar mas información sobre ella, entonces el me dio unos cuantos libros y artículos. 

— ¿Chiara es de tu casa también Penny?

La rubia asintió, y saco de su bolsa una cosa extraña y redonda, ella le llamo un empaque para fotos, y de allí saco la foto que me había enviado Chiara en su carta.

Mis padres tomaron la foto, observándola fijamente. 

— ¿Esto es un dragón? 

— Si, se llama Fiolo. Es un gales verde común.

Mi padre le devolvió la foto, manteniendo su rostro fruncido.

— ¿Y que hace un dragón de Gales en Rumanía?

SELFOCRACY 》CHARLIE WEASLEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora