•Cosas Que No Hicimos•

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(Domingo Por La Noche, Uraraka)

Jugaba nerviosamente con los pliegues de la falda de su vestido, su corazón latía erráticamente contra sus costillas como un pájaro enjaulado. Estaba sentada en el asiento trasero de un costoso auto negro en camino a su primera cita oficial con Naegi Nobusuke, Hamuro estaba sonriente a su lado, poniéndole una nueva capa de polvo en el rostro (aunque Mina literalmente acababa de maquillarla) y dándole consejos sobre como lidiar con la prensa que estaría indudablemente afuera del restaurante.

Uraraka se sintió mareada.

Abrió su teléfono y revisó los mensajes del día anterior.

[15:38 Jirou a 💓Las Divinas💓] Anuncio Importante: Todas estuvieron CHINGONSISIMAS en el examen de hoy. Diosas!
[15:38 Jirou a 💓Las Divinas💓] fightlikeagirl1-A.mp3

Había repetido la canción de Jirou una y otra vez por casi toda esa mañana, y deseaba haber traído sus audífonos para poderla escuchar de nuevo. Era animada y con un aire de lucha, un "grito de batalla" como la había llamado Mina. Uraraka desearía tener la misma confianza que tenía al pelear para esta cita.

"Ten algo de maldita fe en ti misma."

Las palabras de Bakugo resonaron por su cabeza, sin haber sido pedidas ni invitadas, pero bien recibidas. Había sido gracias a ella que habían obtenido tantas banderas el día de ayer. Podía enfrentarse a cualquier miembro de la clase ella sola. Podía soportar una cita.

Era otro tipo de coraje, por supuesto, pero Uraraka iba a ser una heroína. Podía tener valentía de cualquier tipo.

Además, se recordó a si misma, su madre se veía tan feliz en la foto que le mandó su padre. Sus padres necesitaban esto.

"No deberías vivir toda tu vida para tus padres. ¿Enserio crees que ellos quieren que desperdicies todo tu tiempo ayudándolos?"

"No estoy desperdiciando mi tiempo, Bakugo," murmuró Uraraka para si misma.

"¿Hmm?"

"¡Na-nada!" Uraraka agitó sus manos en negación. Hamuro no hizo más preguntas y regresó a hablar sobre consejos de etiqueta que Uraraka no podía procesar.

Quiso esconder su rostro entre sus manos. ¿Por qué tuve que contarle a Bakugo sobre esto?

Pero su estómago había dejado de torcerse desagradablemente, la burbujeante ansiedad se calmó mientras se enfocaba en la conversación del día anterior. Bakugo había sido... razonable. En su mayoría. Ese comentario sobre ser como una prostituta había sido completamente inapropiado y el rostro de Uraraka se calentaba con solo recordarlo. Pero no la había rechazado, no la había visto como menos por lo que estaba haciendo. En vez de haberse burlado de ella, se había mostrado preocupado por que ella supiera lo que en verdad quería.

Había hecho que querer ser una heroína por gusto propio no se viera como algo egoísta.

Y había hecho que decirle que no a Naegi si quería obligarla a perder contra otro "villano" se viera como algo razonable.

Decirle que no a Naegi era algo razonable, y punto.

Por supuesto, no lo haría, aún no. Solo porque Bakugo pensara que ella tenía permiso de ser egoísta no significaba que en verdad pudiera serlo. Además, ni siquiera le había dado a Naegi una oportunidad. Ni siquiera habían tenido una cita, ¿y que era una primera cita más que darle a alguien una oportunidad?

•two black dots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora