•two black dots•

•Tu Desastre Es Mio•

(Shigaraki)

"Tomuraaaa," chilló Toga, colgándose de su brazo en cuanto él entró al bar. "¿Cuándo vamos a poder empezar?"

Él se la quitó de encima, tomando un asiento en la barra. Dabi estaba parado detrás de ella, haciéndose una bebida ahora que Kurogiri ya no estaba para hacerlo, y volteó a verlo con una mirada que decía que también tenía curiosidad.

"Cuando G.C. confirme lo que necesitamos saber."

"Pero quiero abrir a algunas personas," Toga hizo un puchero, dejándose caer en el banco a su lado y clavando su cuchillo en la barra. "¿No sabes cuando vayan a poder confirmar?"

"Pronto. Pero no podemos movernos hasta que Bakugo retome el examen provisional."

"Así que para la siguiente semana," dijo Dabi, pasándole una bebida a Shigaraki y tomando un trago de la suya. "Incluso si confirma hoy."

"Buuu. Odio esperar."

"Valdrá la pena," le aseguró Sigaraki. "No queremos precipitarnos y arriesgarnos a que no venga."

"Supongo. ¿Puedo verla de nuevo? ¿Por favor?"

Shigaraki suspiró, dispuesto a satisfacer a Toga con algo tan pequeño si eso ayudaría a mantenerla paciente por un poco más. Metiéndose una mano al bolsillo, sacó un pequeño vial de sangre que le había quitado después de que la encontró probándolo.

"Míralo pero no lo abras," dijo, dándoselo.

Ella rio, presionando el frasquito contra su nariz como si pudiera oler el aroma metálico por el vidrio. "Mmmm."

"Se que odias estar atrapada aquí," dijo Shigaraki. "Pero sólo un poco más. Eres demasiado crucial para el plan como para que podamos dejar que te pase algo."

Toga revolvió el vial frente a sus ojos, sin apartar la vista del frasco mientras decía, "Lo sé. Puedes contar conmigo, Tomura."

(Bakugo)

La luz dorada de la tarde se filtraba a través de las ventanas de la enfermería, bañando al largo cuarto en una iluminación pacífica que hacia contraste con el caos que había sido hace una hora. Estaba lleno de estudiantes, todos lastimados de una forma u otra por haber luchado con los quirks del otro. La mayoría estaban dormidos, recobrando stamina después de la acelerada sanación de Recovery Girl, y Bakugo estaba agradecido porque por fin había silencio.

Estaba sentado al pie de la cama de Kirishima, en mejor estado que la mayoría de los demás, aunque seguía lo suficientemente mareado como para sentir que la cabeza le daba vueltas. Pikachu y la Alien estaban charlando silenciosamente, sentados de piernas cruzadas en la cama de al lado, pero Bakugo los ignoró y tragó la bilis en la parte trasera de su garganta. Necesitaba que Recovery Girl regresara y lo dejara irse.

Ella les había dado un pinche sermón interminable a él y a Uraraka cuando llegaron a su oficina. Habían usado los nuevos quirks con demasiada fuerza en muy poco tiempo, y sus cuerpos no habían sido capaces de adaptarse. Uraraka nunca debió de haber usado una explosión tan grande—se pudo haber dañado permanentemente los hombros y brazos por el contragolpe. Bakugo arrugó la nariz al recordar lo que se había hecho cuando había intentado usar la caída mortal por su cuenta, y sabía que habían sido afortunados de que algo así o peor no le había pasado a Uraraka.

"Y tú," Recovery Girl lo había regañado después de que había examinado a ambos. "Te irritaste seriamente la garganta al contenerlo todo, ¡eres un tonto! Sabías que su quirk ocasionaba vomito y estoy impactada de que intentaste no dejar salir nada."