•Suficiente, Parte Dos•

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(Uraraka)

Parecían atrapados en una frustrante danza, girando justo fuera del alcance del otro mientras la semana continuaba—All Might canceló las lecciones remediadoras del Lunes para darles tiempo de prepararse para los exámenes de mitad del trimestre, Bakugo se la había pasado en las lecciones provisionales preparándose para retomar el examen el Domingo, cuando tenía tiempo libre Kaminar y Kirishima se lo ganaban primero para que les ayudara a estudiar para los exámenes, e Iida no le quitaba los ojos de encima a los hábitos de estudio de Deku y Uraraka.

Cada vez que Uraraka reunía el valor para hablarle a Bakugo, algo se entrometía.

Pero no esta vez.

Era un Jueves por la noche y tenían sus exámenes prácticos el día siguiente—debería estar dormida o revisando estrategias con Deku, discutiendo lo que creían que iba a venir en el examen.

En vez de eso, estaba sentada en su estera de yoga en el pasto afuera de los dormitorios, fingiendo meditar mientras esperaba que Aizawa trajera a Bakugo y Todoroki de vuelta de las lecciones provisionales. Esta vez no lo dejaría escabullirse a su habitación.

Su corazón iba al mil por hora y sus manos temblaban, se mordió el labio hasta que le dolió pensando en lo que le iba a decir. Había estado intentando idear las palabras correctas toda la semana, pero todo se desmoronaba cuando recordaba la forma en la que sus pulgares habían frotado las yemas de sus dedos durante la prueba de Empath.

No era como si pudiera decirle "Hola, creo que me gustas pero no puedo salir contigo porque debo de seguir saliendo con el tipo que le está dando dinero a mis padres. Digo—si siquiera quieres salir conmigo en primer lugar, por supuesto. ¡Algo que tal vez no quieras! Porque en realidad nunca me lo has dicho."

Dios, incluso en su cabeza sonaba estúpida.

Y luego estaba ese horrible dolor que la atravesaba cada vez que pensaba en aquella noche en su cuarto—cuando casi la había besado y todo lo que ella pensaba que sabía había cambiado.

Lo había repetido tantas veces en su mente que ni siquiera tenía que pensar para recordar los detalles—

Sus ojos siguieron sus manos mientras se pasaba la toalla por los brazos. La lluvia todavía golpeaba la puerta del balcón con fuerza, pero el ruido sonaba a lo lejos mientras Uraraka inhalaba y aceptaba el hecho de que estaba parada en la habitación de Bakugo. Podía sentir que la estaba mirando, pero no se sentía... intrusivo. De hecho, había algo eléctrico en el aire y hacía que su corazón latiera de una forma poco familiar en su pecho.

"¿Qué hizo a Nezu cambiar de opinión?"  Bakugo había preguntado después de un rato. Su cuarto estaba frío, pero el aire helado contra su piel no se sentía bajo el calor de la mirada de él. "Puede pensar lo que quiera, pero parecía bastante convencido de que era yo, incluso si no me dijo mucho."

El fuego en sus ojos no tenía nada de la quemante ira que ella sentía hacia su director. Hacia la idea de que Bakugo sería capaz de traicionarlos. "Uh... yo... creo. Yo lo hice cambiar de opinión."

"¿Tú?" Su tono era de sorpresa y  certezacomo si no hubiera esperado la respuesta pero supiera que no habría podido ser otra cosa.

Subió la toalla hacia su rostro para esconder el rubor de sus mejillas. A Bakugo no le gustaba que lo salvaran. No le gustaba pensar que era tan débil que alguien más debía de rescatarlo. Y aún así... no se veía enojado. "Yo... um... le dije que no podías ser el traidor... que si lo eras... entonces yo también era culpable. Porque era algo demasiado... estúpido."

•two black dots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora