•Hay Un Hoyo En Mi Alma (¿Podrías Llenarlo?)•

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(Uraraka)

Si alguien le hubiera dicho como terminaría este día, si le hubieran dicho sobre el monstruo que drenaba energía, o la destrucción de propiedad, o sobre Nighteye, o Lemillion, o sobre como la Liga iba a aparecer, si le hubieran dicho sobre la manera en la que su cuerpo y corazón iban a doler y que tendría que aguantar miles de entrevistas donde le recordarían todos los dolorosos detalles una, y otra, y otra vez...

Incluso si hubiera sabido todo eso desde del inicio, Uraraka hubiera decidido ir de todas maneras.

Por ahora, no sabía nada de ello.

Los héroes se reunieron en las oficinas de Nighteye, el reloj daba casi las cuatro, y el cielo estrellado que se veía por la ventana comenzaba a tornarse de un ligero rosa mientras Uraraka se recargaba en Tsuyu y suprimía un bostezo. Hado recargó un codo en el hombro de Uraraka y no intentó esconder su propio bostezo, pero la mayor estaba sonriendo a través de sus ojos llorosos.

Fat Gum entró a la habitación, sacando sandwiches de un gran saco y pasándolos por el cuarto. Los héroes veteranos los tomaron sin preguntas, dando bocados mientras esperaban a que Nighteye diera las instrucciones.

El estómago de Uraraka se volteó, los nervios sacando la náusea, y la idea de comer la hizo querer vomitar.

"No es fácil," le dijo Fat Gum, mirándola con empatía mientras le ponía un sándwich empacado en sus manos. "Pero si no comes ahora, te arrepentirás después."

"Es la anticipación la que mata," dijo Hado, quitando su peso de Uraraka y desempacando delicadamente su sándwich. Tomó una enorme mordida. "Mmf. Cfuando eftes ahí," tragó pesadamente, "la adrenalina y el instinto aparecen, y no tienes tiempo de estar nervioso. ¿Qué no que tu traje tiene un montón de aparatos para bloquear la náusea?"

Uraraka asintió, dando pequeñas mordidas a la corteza del pan. "Aunque no la bloquea, solo la disminuye. No crea que pueda engañar a mi cerebro para que no se ponga nervioso."

"Me siento de la misma forma, Ochako," dijo Tsuyu. Se puso un dedo en la mejilla y estudió el sándwich en su otra mano. "Espero que podamos hacer una diferencia, kero."

Nighteye se puso de pie detrás del escritorio al frente de la habitación y estudió a los héroes que se reunían a su alrededor. Se ajusto los lentes que reposaban en el puente de su nariz y comenzó a hablar sin introducción.

"Hemos confirmado que Eri está siendo retenida en la casa que hemos estado vigilando. Es una base para los Ocho Preceptos de la Muerte, y parece haber más en las instalaciones de lo que se aparenta. Si son capaces de producir drogas usando a Eri y a su quirk, entonces necesitarían algún tipo de laboratorio químico, el cual definitivamente no esta presente en el edificio sobre el suelo."

"¡¿Entonces está en su casa?!" Exclamaron varias voces, varios de los héroes viéndose exasperados por haber pasado tanto tiempo rastreando e investigando solo para que ella se encontrara en el lugar más obvio.

"¿Estás diciendo que todas nuestras investigaciones fueron una pérdida de tiempo?" Preguntó Rock Lock, cruzando sus brazos frente a su pecho.

"No, recibimos nueva información gracias a ellas," dijo Nighteye, tranquilo y profesional como siempre mientras acomodaba sus lentes de nuevo. "Tú y Centipeder obtuvieron la intel necesaria como para dibujar un mapa razonablemente detallado del interior del edificio, y he sido capaz de anotar algunos de los túneles subterráneos gracias a mi reciente descubrimiento."

"¿Cómo confirmaron que Eri está ahí?" Preguntó Ryukyu, hablando por encima de algunos héroes que habían comenzado a protestar por la ambigüedad de Nighteye. "¿Y qué fue exactamente este 'reciente descubrimiento'?"

•two black dots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora