SONETO NOCTÁMBULO

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Vagando en las penumbras de la casa está
cual si bailase un gracioso pas de chat.
Todos duermen. Por ruido, el canto de los grillos
y el sonido lejano de una música aluvial.

Una luz pernocta: ella. Ya en su cámara,
piensa en él, mientras abre la ventana.
Su brisa nocturna es como un rocío del alba.
La habitación, diseminada de suspiros, se apaga...

Se tumba sobre la sábana de rayas
- su compañero, ronronea en su cintura-;
abre el cuaderno, invoca a Calíope, toma la pluma...

Al fin, del cansancio, queda vencida
dormita febril, plena de hermosura
porque en sus sueños, él, la ciñe con locura...

KenopsiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora