Me gusta analizarte
tú prefieres condensarme.
Yo soy tiempo prolongado
tú eres un instante.
Busco, y me ahogo entre descriptores;
con mi discurso, caigo en transgresión.
Tú, en una palabra, lo abarcas todo
porque sabes bien
que el silencio tiene su propio sonido,
su canción.
Vivo entre complicaciones
tú entre facilidades,
porque en mi mente, garabateo
hago trazos sin sentido,
y tú solo haces un punto
en donde plasmas tu perfección.
Así, de un mismo papel doblado,
yo extiendo el pliego;
tú haces del origami, una diversión...
Yo tanteo, en falso tanteo,
pero tú tomas lo certero;
tú concluyes, yo comienzo
somos figura y fondo.
Tanto contraste en nuestros estilos
y en nuestra personalidad;
tan sorprendente esta armonía,
nuestra complementariedad...
¿Podrían mentes tan distintas,
compartir el mismo credo?
Aunque somos como blanco y negro
Él, quien nos hizo,
hizo lugar para los dos;
iguales nos creó, para entendernos,
opuestos, para necesitarnos...
¡Y es que no hay que saber algo para saberlo!
Yo, análisis,
tú, síntesis,
llevas el arte a su más mínima expresión;
haces un homenaje al minimalismo
y lo que sientes y piensas lo dices
con una oración.
Yo necesito páginas
sin obtener satisfacción;
¡dame un poco de lo que eres,
un poco de tu equilibrio,
de tu enunciación
y descansará mi narración...!
No importa si estás lejos,
no importa si estás cerca;
porque en este mundo de ironías
hay presencias ausentes
y ausencias presentes.
No importa si nos complementamos
o si nos oponemos;
lo que une, y no desune, es la creencia.
El lazo misterioso que nos funde
como análisis y síntesis
es que sin mirarnos nos miramos
por mirar al mismo cielo.
J.D.G.L.
