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c a p í t u l o

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  Los problemas surgieron a mitad del camino como el Arcángel predijo en silencio. Gabriel ya lo veía venir, claro, él no capta el futuro como Beelzebub solía creer, pero es que no hace falta ser un genio como para sumar a un ser celestial, dos sabuesos infernales, un niño, un Anticristo y un demonio y recibir la clara respuesta que resalta la palabra peligro. Sólo faltó que Gabriel respirara un tanto alto y la perra infernal, Condesa, no soportó la idea de estar encerrada con el enemigo, por lo que trató de comer a Mygga de un bocado —porque la mosca parecía que se le burlaba— e irse contra Gabriel, causando un desvío que por poco no acabó en un choque.

  Ahora el pequeño perro de Adán y Condesa corren tras el auto en movimiento, uno que no es muy veloz; Warlock y Adán son loros que no cortan la charla, y Beelzebub está a punto de explotar si el hombre no acelera de una buena vez. De reojo ve al niño pelinegro arrimarse, y frunce el ceño sabiendo a qué viene. Gabriel le copia el rostro.

  —¿Por qué mi padre es Satanás?

  Ahí va la pregunta del minuto. Mierda, no sabe cuánto tiempo estuvo en el auto, sin embargo ya tienen contadas las preguntas ¡Y son más de una docena! Además, si mínimo una tratara sobre ella, quizás no estaría como está.

  —¿Por qué no? —responde el demonio hastiado y dispuesto a callar.

  Warlock bufa en los asientos de atrás, Adán boquea ante la respuesta inesperada, el hombre le lanza una advertencia silenciosa al Señor de las Moscas y Mygga zumba regañando su actitud; chasquea la lengua. No es sólo la curiosidad del Anticristo, es la de todos allí dentro, hasta la de su propia mosca, y el problema es que ni ella ni Lucifer sabe el porqué el Diablo se hizo llamar padre, sólo se sabía que debía existir un Anticristo, y ella le ayudó, por ser la mano derecha, a echar arcilla, agua y una cantidad exorbitante de cabello de cabra en el interior de una cazuela y ¡Boom! Un bebé apareció de la nada apenas mezclar. Sí, ellos son sus creadores, pero no hay un motivo extra después de ese.

  Le toca mentir. Sube un pie en la guantera, después el otro.

  —Es tu padre porque... Sólo imagina que el Anticristo es hijo de un demonio cualquiera ¡No provoca terror! —Los tres asienten en unísono comprendiendo el punto —. En cambio, Anticristo hijo de Satanás, bueno, eso es otro tema, y debemos demostrar estándares ante nuestros enemigos, y también porque fue su idea.

  No, la idea fue de Dios y su plan alocado de mandar a volar a todo el Mundo.

  Warlock regresa a su sitio y al segundo salta hacia adelante, una nueva duda carcomiendo su cabeza.

  —¿Y quién es mi madre?

  Beelzebub le mira de reojo y aprieta los dientes —Te daré una pista, comienza con Yo.

  —¿Eres mi madre? ¡Cool!

  —Relaja un poco las manos, romperás el volante, Gabriel.

  Gabriel acata enojado el mandato. Odia que le recuerden lo sucedido entre Lucifer y ella. Quita la presión de encima y se tranquiliza un tanto, recapacitando y ordenando los pensamientos; bueno, cabe la posibilidad que no haya ningún vínculo entre Lucifer y Beelzebub más allá del la relación jefe-empleado, puro trabajo dijo el Lord esa vez en que se juntaron, y quiere creer eso a que ese desgraciados no es un sujeto seductor por naturaleza. Cada que desea desligarse de esa idea recuerda a Miguel y su palabras ¡Rayos! Su hermana siempre le dijo que la mayoría de los caídos no cayeron por cuenta propia o una razón fija, una autodeterminación, sino que siguieron a Lucifer por atracción, y ahora que lo piensa no sabe porqué el antiguo Príncipe cayó. Si sólo supiera cómo Warlock nació.

the perfect parents // ineffable bureaucracyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora