100 Razones Para NO Enamorarse || Virgato || Terminada

Razón 100

Como saben Chris me envió un mensaje.

Aunque al principio quise ignorar eso terminé por ir, realmente no creí que me hablaría después de lo que paso ayer, pero aquí está, frente a mi y no sé que decir, hace que mi sistema nervioso colapse y me quedo mudo, quisiera que dejara de tener ese efecto en mi.

-Joel tengo que hablar contigo- me dice soltando un leve suspiro.

La seriedad con la que me lo dice hace que me estremezca, ahora desearía haber ignorado su mensaje y no presentarme en este parque

-Dime, te escucho- trato de sonar indiferente ya que no creo poder soportar si me dice lo que estoy pensando.

Me di 99 razones para no enamorarme y aun así ignore cada una de ellas para pensar que Christopher podría ser diferente.

Paso... ¿En cuanto? ¿cinco minutos? Siento que mi corazon se vendió por un poco de atención y cariño.

Espero no haberme equivocado.

-Lo de ayer no debió haber pasado- vuelvo a sentir aquella decepción en mi corazón como cuando descubrí que Erick me engañaba.

Es definitivo, cupido me odia.

Desobedecí mis razones y me enamore, lo quiero y no puedo imaginarme lejos de él, otra vez.

Soy muy estúpido.

-Lo sé- a diferencia de aquel día no pienso llorar, no dejaré que Christopher me haga llorar como lo hizo Erick, no le daré el poder para verme destruido -Fue un error- no se si fue su dolida mirada lo que casi hace que me retracte de lo que dije pero ya no pienso perder una vida mas en este juego.

-¿Eso piensas?-

¿En que momento cambiaron los papeles?

Se supone que debería ser yo quien esta triste, otra vez me sentí usado por alguien.

-Yo quería preguntarte algo- sus ojos mieles dejaron de brillar y solo reflejaban tristeza ¿estaré tomando la decisión correcta? -Pero creo que...-

-Solo pregunta- lo sé, se que la curiosidad mato al gato pero de verdad que quiero saber.

-Creó que no vale la pena- dice algo más que no logro escuchar, me da una sonrisa que se que es falsa y se da la vuelta para empezar a caminar.

Veo como lentamente se aleja de mi vista y sin proponérmelo sigo sus pasos aun metido en mis pensamientos.

¿Acaso lo hice bien?

¿Dejaré que se vaya?

¿Qué iba a preguntarme?

¿Es esto lo que quiero?

Muchas preguntas más aparecen en mi mente y trato de ignorarlas. Apresuro mis pasos hasta alcanzar a Christopher o por lo menos estar mas cerca, aun dudo de lo que haré pero me paro frente a él.

Está asustado, ¿será por la expresión de seriedad que mantengo en mi rostro?

Escribir mas razones seria insulso, aunque me diera mil razones este siempre sería el final.

Me rendí.

Él se sorprendió por lo que hice, pero su impresión disminuyó en menos de un segundo y no dudó en corresponder el beso que le di.

-Creo que le debo un batido de fresa a Johann- lo se, mi respuesta fue muy inteligente.

Él suelta una risa melodiosa, algo que no me cansaré de escuchar y me mira confundido.

-¿Qué?- pregunta bastante divertido -¿un batido?- pensé que hablaría del beso -espera te reto a besarme-

Genial, no podía ser más idiota.

-No, es otra cosa- me separo de él, estoy inseguro, tal vez Johann me deba un celular nuevo -¿Qué ibas a preguntarme?- trato de cambiar de tema algo que consigo ya que sus ojos se abren y se comienza a poner nervioso.

-Quería eh... ¿Quisieras salir a tomar un café?-

Si, esta nervioso no solo se nota en su voz sino también esta evitando mi mirada.

-No-

Ahora esta más nervioso, no quiero rechazar su oferta pero en mi defensa en mi ultima visita a un café espere por casi dos horas por mi pastel de chocolate y ya no quiero volver a hacerlo.

-vamos a mi departamento a cenar, estoy seguro que podré deshacerme de Johann por algunas horas- su sonrisa vuelve y junto con ella una increíble seguridad, asiente frenéticamente, por un momento me preocupé por su cuello.

-Está bien, pero no es necesario lo de Johann, es tu mejor amigo- le agrada mi mejor amigo, vamos bien -podríamos ir a un restaurante y ademas debo hablar con él-

¿debería decirle a Christopher acerca de la libreta? tal vez no por el momento.

-Ven hoy en la noche, te estaré esperando- trato de salir rápido pero un agarre en mi brazo me detiene, cuando giro mi cabeza unos labios me reciben.

-Ahí estaré- me dice cuando nos separamos y me despido de él.

Es seguro no le diré de esta libreta hasta que hable con Johann.

100. Enamorarse es rendirse