“Hay verdades que hieren más que un arma”
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La fría mirada del hombre de largos cabellos castaños le recordó incómodamente a su padre, la forma en la que lo veía a él y a Hinata lo hizo sentir pequeño e inferior.
Se removió incómodo e inconscientemente se escondió tras su hermano, definitivamente no le gustaba ese clan de ojos blancos mucho menos sus miembros, hasta el momento no se había encontrado con ninguno que le agradará.
Resguardado tras la espalda de su hermano observó la figura débil y nerviosa de su esposa, retorcía sus mano tras su espalda y su rostro estaba cabizbajo, pequeños temblores le recorrían el cuerpo y le sorprendió darse cuenta que al parecer si tenían algo en común.
Temían de sus padres.
—Hiashi-sama…
—¿Qué hacen aquí?.—interrumpió el hombre de ojos blancos a su hermano sin el más mínimo reparo.
Indignado y ofendido asomó su cabeza solo para fulminar con su oscura mirada a él padre de Hinata, nunca nadie, que el conociera, le había faltado el respeto de esa manera a su hermano.
Pero para su descomunal sorpresa su hermano solo sonrió amablemente y le dio un pequeño empujoncito a Hinata quien soltó un grito ahogado.
—Hinata-san quiere ver a su hermana, la extraña.—explico su hermano con tranquilidad, el hombre de ojos blancos dirigió su atención a la figura débil de Hinata y suspiro.
—En estos momentos Hanabi se encuentran durmiendo, vengan en otra ocasión.—les rechazo dándoles la espalda y cerrándoles las enormes puertas en la cara.
Él silencio pesó durante unos eternos segundos, con su hermano, él y Hinata observando incrédulos y sorprendidos la enorme puerta cerrada. No solo le habían faltado el respeto a su hermano, si no que también les habían rechazado.
—Hmph…—fulminando una última vez la enorme puerta de dio la vuelta con toda la intención de regresar a su hogar pero antes de que siquiera pudiera alejarse tres pasos el grito de Hinata lo detuvo.
—¡Otou-sama déjeme ver a Hanabi! ¡¡S-solo será un momento!!.—le escucho gritar a la vez que golpeaba la enorme puerta cerrada.
La observó unos segundos sorprendido, los mismos en los que ella continuo golpeando inútilmente la puerta cerrada, la furia bullo dentro de él al verla tan patética y lamentable.
—Hinata-sa…
—¡Ya detente!.—grito con la sensación de vergüenza y humillación creciendo segundo a segundo dentro de él.
Hinata y su hermano lo voltearon a ver sorprendidos pero él solo miro a Hinata con molestia.
—¡Ahí no te quieren! ¡Eres una Uchiha ahora, vive con el orgullo de un Uchiha!..—grito furioso, sus mejillas estaban sonrojadas de vergüenza e ira.
Ella lo observó sorprendida al igual que su hermano, más aún así y por primera vez desde que tenía uso de razón no le importo lo que su hermano pensara de él.
—Un Uchiha no suplica ante nadie, no volveremos aquí, si nos rechazan nosotros lo haremos también.—ordeno caminando hasta ella y cogiéndola de una de sus manos, obligándola a caminar con él, alejándola de ese lugar de miradas frías y despectivas.
—P-pero H-Hana…
—¡Yo soy tu familia ahora! ¡Mí clan es tu familia ahora!.—interrumpió su débil sollozo.
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Condenados
Fanfiction-Ya no perteneces al clan Hyūga.-declaro el patriarca Hyūga -Eres una Uchiha.-intervino una tercera persona, haciendo que la mirada de todos se dirigiera a él. Uchiha Itachi miraba a la menor con algo parecido a la culpa y lástima.