Todavía te amo

Capítulo 5

—Ambos se complementarán en este viaje—dijo Yelana finalmente toda emocionada—. Lo supe después de que Hans me contara sobre el cristal

—No entiendo—comentó el pelirrojo

—Y Gale lo sabía—siguió explicando ella—por eso no dejó que Elsa se marche

—Eso quiere decir...—terció Elsa

—Que irán juntos—anunció la líder Northuldra.

La rubia negó con la cabeza.
—De ninguna manera—protestó.

—Elsa, tu proteges el bosque. Me temo que Hans necesitará la ayuda del quinto espíritu para acercarse al gigante

—¿Quinto qué?—preguntó Hans sorprendido por lo que acababa de escuchar. De repende, un remolino de hojas pasó por cada uno de ellos juguetonamente.

—A menos que prefieras que Gale te lleve volando junto a Hans—continuó Yelana dirigiéndose a Elsa. Entonces, el remolino de viento empezó a jugar con el cabello de la rubia.

Gale era un pequeño travieso.

La rubia sonrió e hizo diminutos copos de nieve que danzaban al compás de su amigo el viento. Hans no pudo evitar sonreír al verla tan entretenida con Gale.

—Supongo que no me podré negar entonces—dijo finalmente Elsa

—Bien, espero que les vaya muy bien y que regresen pronto—les había dicho la líder Northuldra. Después, le entregó el cristal a Hans.

—Y, cuando vean el arco de piedra, sabrán que están en el lugar correcto—continuó Yelana antes de desaparecer entre los árboles.

Una vez solos, Elsa le dirigió una mirada rápida a su compañante y empezó a caminar. Él no pronunció palabra. Todavía estaba procesando la idea de que Elsa sea el quinto espíritu. Después de unos minutos, él intentó decir algo.

—Elsa, yo...—empezó él

—Shh...No hables—lo cortó ella—mientras más rápido terminemos con esto mejor

Ella siguió caminando con dirección al oeste y Hans seguía su paso por detrás hasta que, después de un rato de estar caminando en silencio, él no pudo evitar preguntar sobre lo que Yelana había dicho.

—¡Elsa!—había gritado pues ella se había alejado considerablemente. La rubia paró en seco. Fue en ese momento que se dio cuenta que no podía ignorarlo todo el viaje. Ella no era así. Entonces, volteó a miralo.

—Dime—contestó finalmente

—¿Es verdad que eres el quinto espíritu?—preguntó él aproximándose hasta el lugar donde estaba ella.

Elsa asintió con la cabeza.

—Eso quiere decir que...tú...no estás vi...

—Claro que estoy viva, Hans—Elsa puso los ojos en blanco—. No es un significado literal

Hans se rascó la cabeza. Por alguna razón, estar al lado de ella hacía que se ponga nervioso.

—Digamos que represento—explicó ella—en cierto modo, un puente que une a los espíritus con nuestro mundo...ese es el porqué de la magia en mí

Y, aunque Elsa sabía que no se había explicado tan bien, esperaba que él haya entendido la idea. Ella miró a Hans y notó que él parecía satisfecho con la respuesta. Así que, siguió caminando.

—¿Por eso decidiste quedarte en el bosque?—le preguntó él

—Puede que sí

—¿Puede?