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No habían dejado de mirarse en toda la noche

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No habían dejado de mirarse en toda la noche. Harry, por lo regular, le prestaba poca o ninguna atención cuando Chris estaba cerca. Ellos llevaban cinco años de pareja, pero durante todo ese tiempo nunca había conseguido que Harry se riera tan fuerte como cuando bromeaba con Chris.

Esa noche, por ejemplo, se suponía que ellos tendrían una cena para celebrar su aniversario, sin embargo, estaba ahí sentado, sobrando, mientras Harry se divertía con el que fuera su mejor amigo de la infancia. Por supuesto, aunque Mikoto podría haber alzado la voz para quejarse, sus labios permanecieron sellados, justificando aquella noche como un mal trago que ocurre de vez en cuando. No quería ser grosero con Chris, el chico siempre había sido amable con él y además esa noche sí que tenía una buena razón para estar ahí.

Resulta que el muchacho por el que Chris había estado suspirando el último año lo había dejado, arruinando así su noche de cumpleaños. Ya era mucho que Harry hubiese tenido que decirle a su amigo que no iría a su fiesta por estar con él. Por lo regular siempre lo acompañaba en los días importantes, pero ese año las reservaciones en el restaurante para su aniversario eran muy difíciles de conseguir. Abandonarlo mientras lloraba en el teléfono habría sido demasiado, y sinceramente Mikoto se habría sentido culpable, por lo que finalmente dejaron la cena a medias y llevaron a Chris a un pub para animarlo.

En aquel lugar el ambiente era muy bueno, por lo que todo se animó relativamente rápido y ahora los chicos se estaban divirtiendo mientras Mikoto sentía que su corazón iba a estallar por culpa de la angustia. Había una voz en su cabeza que le decía que se fuera de ahí, que ese no era su lugar y que buscara un sitio donde las personas se voltearan a verlo al hablar, incluyéndolo en la conversación, sin embargo, se quedó en su sitio, conteniendo la incomodidad y el dolor porque no quería hacer una tormenta en un vaso de agua. Era lógico que de vez en cuando no entendiera de lo que estaban hablando, porque ellos pasaban mucho tiempo juntos gracias al trabajo y además eran cercanos desde antes de que Mikoto entrara en la vida de Harry.

Estar callado era la única manera que tenía de no mostrarse como un egoísta, celoso y controlador. Él había escuchado numerosas historias de las personas que habían salido de la vida de Harry por tratar de meterse en su amistad con Chris y él no quería ser una de ellas. Soltando un suspiro bajó la cabeza, tenía muchas ganas de llorar, pero Harry odiaba que llorara y él también lo hacía. Siempre que lloraba había problemas y al final del día los problemas seguían ahí, haciéndolo sentir doblemente miserable.

—¿Quieres una copa? —Chris levanto la botella de vodka hacia él, al parecer se había dado cuenta de que estaba un poco bajo de energía. Mikoto siempre se deprimía un poco cuando estaban los tres juntos y Chris solía reírse de él diciéndole que necesitaba salir más de fiesta para cambiar su semblante—. Te puedo preparar una bebida que te va a volar la cabeza.

Mikoto estaba por pedir una cuando Harry le quitó la botella.

—Mikoto no bebe, es un buen chico, no como tú —espetó. Parecía que hablaba en serio, pero también un poco en broma. Chris soltó una carcajada y se inclinó un poco, pareciendo demasiado seductor para el gusto de Mikoto.

El instante más hermoso de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora