(LGBT+) Mikoto se encuentra sumido en una tristeza profunda después de que su novio, Harry, lo deja por otro. Él piensa que el amor se ha terminado y no habrá nadie que pueda reemplazar a su ex, sin embargo, cuando se encuentra con un viejo conocid...
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Cuando llegaron al lugar, fue Mars quien se encargó de todo. Él bajó las cajas, las entregó y se despidió de la gente, mientras Mikoto permanecía encerrado en el auto.
Ellos se separaron enseguida en un silencio sepulcral, aunque se suponía que sería una tarde divertida de distracción. Mikoto sabía que estaba arruinando todo el humor de la tarde, pero se sintió tan triste que no se atrevió a decir nada más al respecto.
De repente sentía que había vuelto al infierno, hundido en la más absoluta desesperación. Él no supo que fue lo que hizo el resto de la tarde, pero cuando despertó a la mañana siguiente tuvo que correr para sacar la basura porque se quedó dormido.
Cuando estaba colocando la pequeña bolsa negra en el contenedor, miró al cielo, que se encontraba tan gris que era imposible ver algo más que los densos nubarrones sobre su cabeza. A pesar de que era el medio día, la luz del sol era bastante escasa. Mikoto suspiró cuando una gota cayó sobre su cabeza, iba a llover pronto.
Apresurado se dio la vuelta para encontrarse de frente con un chico que pareció sorprenderse por su repentino movimiento. Ambos se vieron a los ojos, fue muy raro, Mikoto se dio cuenta de inmediato que se trataba de un muchacho atractivo, tenía el pelo pintado de un tono casi naranja, pero que seguía siendo pelirrojo y usaba ropa deportiva que se le veía bastante bien, además era alto, como un modelo. Mikoto siempre quiso ser así de alto.
El muchacho llevaba una bolsa de basura en la mano, un poco más grande que suya y parecía haberse dado un susto de muerte cuando se encontraron cara a cara. Un poco nervioso, asintió con la cabeza y caminó de regreso al edificio, apresurándose a subir al elevador que lo llevaría al tercer piso, donde estaba su departamento.
Tuvo que esperar que las puertas se abrieran para poder entrar y cuando lo hizo, detrás de él, se coló aquel chico atractivo. Mikoto presionó el botón para el tercer piso y luego se sintió muy avergonzado por no haberle preguntado a donde iba, pues su acompañante pareció dudar un momento a su lado, como si quisiera decir algo. El muchacho dudó un momento antes de marcar al cuarto piso, lo que le sorprendió, pues no había absolutamente nadie que quisiera quedarse en aquellos departamentos.
El cuarto piso fue construido tiempo después que los tres primeros, por lo que para reducir costos las paredes eran muy delgadas y podías escuchar todo lo que sucedía alrededor. Además, como estaba tan arriba una mudanza era difícil, aunque la renta era mucho más barata.
Mikoto miró al muchacho y descubrió que el chico también lo estaba viendo. Sus miradas se cruzaron por segunda vez, sorprendiéndolos a ambos, por lo que de inmediato desviaron su atención para tratar de fingir que aquel contacto no había sucedido.
Era raro darse cuenta que, aunque tenía un trabajo de atención al cliente cada día era más introvertido. Ni siquiera podía iniciar una charla banal con un vecino sin sentirse cohibido, mucho menos cruzar miradas con un extraño. Aquello le llevó de inmediato a Mars, era muy inusual lo que le estaba pasando con el hombre, sobre todo porque este no era la persona más abierta del mundo. No tenía idea de cómo había encontrado el valor para lanzarse tras Harry cuando se conocieron.