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Mars había dormido como la mierda

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Mars había dormido como la mierda. Al final, se terminó comprando un sofá cama para meter en una esquina, mientras se preguntaba acerca de las remodelaciones que debía hacer en su departamento para que tres personas estuvieran cómodas. Definitivamente iba a tener que renunciar a su habitación, porque estaba seguro de que la estadía de los chicos iba a prolongarse más que una temporada.

Para empezar, Natty metió las cosas de sus sobrinos las metió en bolsas negras que Mars tuvo que ir a buscar en el auto y ella se las entregó con un juego de documentos que quizás podría necesitar.

"Por cualquier cosa" dijo.

Luego le preguntó por sus horarios para que pudiera ir a la escuela y presentarlo como su tutor legal.

"Porque Diana está muy ocupada con la panadería y cuidando del bebé" agregó.

Luego habló un rato con los chicos para después despedirse.

Mars suspiró, estando seguro de que no volvería a verla pronto y sus hijos también parecían muy consientes de ello, por lo que después de que se fue parecían aún más desvalidos. Las bolsas todavía estaban apiladas en el cuarto, los documentos ya los había guardado, pero después del encuentro con su hermana se convenció de que tenía que comprar nuevos muebles para que los chicos metieran su ropa.

Por suerte había ahorrado y tenía un buen suelto, porque pronto comenzaría a estar un poco más justo de dinero. Aunque Natty aseguró que les enviaría una cantidad mensual, estaba seguro de que se trataba de una cuota opcional con lo justo para el mes.

—¡Tío Mars! ¡Aries quiere traer a su novio al departamento! ¡Dile que no se permiten pendejos aquí! —ellos a veces usaban palabras en español para insultar a la gente, probablemente eran cosas que habían aprendido de su padrastro.

—¡Solo va a traerme algunos libros! ¡No seas exagerado! ¡Se irá enseguida! —la chica bajó corriendo por las escaleras sin voltear a mirarlos. En menos de una semana Mars había aprendido a preocuparse porque la adolescente de la casa tuviera novio.

—¡Diana querrá conocerlo! —espetó desde la puerta y Aries pegó un grito de sorpresa antes de apresurar el paso. Cómo él era el tío cool, dejaba que Dianah fuera la pesada, pero tenía problemas para controlar su parte desenfadada y que los chicos lo respetaran.

—¿No tienes actividades los miércoles? —preguntó, viendo a su sobrino sentado frente a la televisión haciendo zapping.

—No, no, no, son los jueves, los jueves me quedo hasta tarde haciendo deporte y los martes tengo francés. Los sábados tengo actividades también —comentó, con la mirada clavada en la televisión—. Los miércoles y los lunes tengo las tardes libres.

—Vaya, yo recuerdo que cuando tenía tú edad no podía ni respirar —comentó, soltando una risita. Al parecer Natty había seguido los pasos de su madre y optó por invertir en la educación de sus hijos. Los chicos asistían a una privada, la misma a la que iba Mars cuando era joven.

El instante más hermoso de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora