—¿Quién es ese chico? —Chris se asomó por la ventana del salón con una sonrisa en el rostro. El día era soleado y corría un aire fresco, la mejor combinación, según él—. ¿Es Mars? —inquirió, recordando a su compañero de primaria, el único chico negro del salón, con el que había compartido algunos momentos de juego o algún trabajo en equipo. Ellos se conocían desde entonces, pero siempre había sido más cercano a Harry que a cualquier otro.
A decir verdad, Harry era una persona especial, no se juntaba con cualquiera y Chris temía que, si lo dejaba, terminaría estando demasiado solo, por lo que decidió ser su amigo a toda costa. Por supuesto, él era sociable, así que, como su naturaleza lo dictaba, no renunció al resto del mundo, simplemente decidió usar la mayor parte del tiempo para acompañar a su amigo en su solitaria vida.
—Creo que sí —Harry se asomó por un instante y después regresó su atención al libro que estaba leyendo. Ellos tenían doce años en ese entonces y a diferencia de él, Harry era de los mejores de la clase. Esto seguramente, tenía que ver con el hecho de que su familia era muy exigente y él pasaba la mayor parte del tiempo estudiando.
—Creció —Chris soltó una risita divertida—. Creció un montón.
Harry arrugó la nariz. Afuera, el ambiente escolar llenó varios segundos de silencio con risas y gritos.
—Ten cuidado, si te juntas con ese tipo de personas tu vida social estará acabada —su comentario llegó lejano, no despego la vista de su libro mientras hablaba.
—Bueno —respondió, pero él no le preocupaba en lo absoluto la advertencia, pues era muy consciente de lo fácil que les resultaba a las personas quererlo, así que cuando Mars entró al salón de clases, Chris lo saludó con la mano y lo invitó a sentarse a su lado.
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Tenían catorce años y se llevaban bastante bien, cuando descubrió que Mars trabajaba para un pequeño restaurante cercano, entregando pedidos de comida. La zona donde Chris vivía no estaba muy lejos, pero la diferencia de clases era abismal, sin embargo, no lo suficiente para que no pudiera pasarse por ahí y fingir que se encontraban por casualidad.
Un fin de semana cualquiera le hizo una visita en la que decidió ser directo y decirle que estaba ahí por él. Su comentario sorprendió a Mars, quien le confesó que estaría ocupado el resto de la mañana.
—¿Cuánto te falta para terminar? —le preguntó, ladeando el rostro mientras observaba lo alto que se había puesto. Cuando estaba seguro de que el chico no daría otro estirón, volvía a crecer algunos centímetros.
—Probablemente hasta medio día, no creo que tenga tiempo para ti —comentó apenado, él realmente quería pasar el resto de la mañana holgazaneando con Chris—. ¿De dónde saliste? —inquirió sorprendido, mientras miraba a su alrededor. En ese entonces llevaba el pelo rapado, como todos los chicos negros que trataban de encajar en un barrio de clase media.
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El instante más hermoso de la vida
Ficción General(LGBT+) Mikoto se encuentra sumido en una tristeza profunda después de que su novio, Harry, lo deja por otro. Él piensa que el amor se ha terminado y no habrá nadie que pueda reemplazar a su ex, sin embargo, cuando se encuentra con un viejo conocid...