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—Hola, soy Gabe—se saca la parte de arriba del disfraz—¿Servicios cangrejo?

Kinsey y yo tomamos un poco con una sonrisita.

—Lo siento, Gabe es nuevo en Mathenson también y estábamos en una busca frenética por nuestro monstruo así que le ofrecimos amistad a cambio de usar un traje sofocante—explica Scot rápidamente.

—No huele muy bien aquí—se queja él.

—¿Y que supone que eres?—pregunto.

—¿Nunca oíste de Nephropidae?, es una leyenda local—dice la amiga de Scot.

—mm...claro que no—

—Mitad hombre, mitad langosta—

—A veces ataca a los pescadores—

—o unos adolescentes tocándose en la playa—Kin y yo reímos.

—Seguro les quitó el alma a algún ancestro de ustedes con sus poderosas pinzas—Scot mueve las pinzas del traje de Gabe.

—Lo siento—nos mira.

—Te perdonamos—dice sin importancia Kinsey.

Ellos hablan de los efectos especiales que para mi no tiene importancia hasta que escucho decir a Zadie que la sangre caerá en Eden y suelto una risa.

—Esperen, no sabía que me llenaría de sangre—me apoyo en el escritorio al lado de Gabe y él me convida más papitas pero yo niego.

—Está en el guión—dicen todos mirándola.

—No pensé que sería literalmente—

—Es comestible y lavable—

—Entonces soy yo o la sangre—ruedo los ojos.

—¿Y cuál es tu nombre?—escucho la voz de Gabe hablarme.

—Soy Emma Johnson, encantada—le sonrío y él hace lo mismo.

—Encan...—notamos las miradas de todos sobre nosotros y nos callamos—¿mm...puedo votar? También diría que la sangre.

—Todos votaron, Eden—

—Un gusto enorme verte, Eden—le digo sarcástica.

—Adiós, te quiero—Doug le saca el dedo del medio.

—acaban de destruir su propia película—se va enojada.

—¿Y ahora qué?—

—Quizás Kinsey o Emma podrían hacerlo—

—No, gracias—digo, no se me da actuar.

—Yo puedo hacerlo—dice Kinsey no del todo convencida—Pero me dijeron que había batidos.

(...)

—Bien, comencemos—Scot le dice a todos que hacer mientras yo juego con el anillo que me regaló una vez Rendell—y... acción.

Llego el momento en que Kinsey tenía que gritar pero ella solo mira un punto fijo con la respiración agitada.

—¡Kinsey! , vamos grita—

—Ya basta—le digo a Scot tratando de que termine la escena.

—Corte—

—Lo siento—

—Está bien, no te preocupes, esta sangre es demasiado roja igual tendremos que grabarlo de nuevo ¿Cierto, chicos?—

—Si, lo arreglaremos en postproducción—

Locke & KeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora