Locke & Key

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Según el doctor por el miedo y el gran dolor que sentía en ese momento me bajo la presión logrando así mi desmayo.

Ahora estoy tratando de que Tyler me hable ya que creo que está enojado.

—Tyler—él me sigue ignorando—Tyler, Tyler, Tyler, Tyler, Tyler, Tyler.

—Vas a gastar mi nombre, Johnson—yo ruedo los ojos, aunque no lo crean esto es progreso.

Anoche durmió a mi lado sin emitir un maldito sonido, estaba nerviosa y enojada porque no me respondía, y por un momento creí que había muerto.

—¿Lo siento?—pregunto dudosa—Ni siquiera te hice algo, Locke.

Él me mira indignado y yo sonrío inocente.

—No me avisaste que te torciste el tobillo, Johnson—dice "enojado"—y luego te desmayaste.

—No quería preocuparte ¿Si?—Tyler suspira—Ven aquí.

Se acerca a paso lento y con inseguridad se coloca entre mis piernas, yo acomodo su cabello sonriendo.

—Lo siento, ¿Me perdonas?—hago un puchero con los labios y él sonríe a medias—De todas formas te haces el enojado porque quieres mi atención.

—Oye, no hace falta hacerme el enojado para tener tu atención—dice con aires de grandeza y yo ruedo los ojos.

—mmh...tienes razón—susurro ya que es obvio que si puede escucharme.

—¿Ya te dije que te quiero?—pregunta y yo sonrío al saber que está rehaciendo la misma pregunta que aquella vez.

—Como unas veinte veces—repito y muerdo mi labio—yo también te quiero.

—Te lo digo una vez más—decimos al unísono causando nuestras risas, aprieto los labios nerviosa y Tyler continúa—Te quiero.

Su mirada pasa a mis labios y la mia a los suyos, nuestras respiraciones se mezclan y él lentamente coloca sus manos en mi cintura.

Siento mi pecho subir y bajar por lo nerviosa que estoy, nos acercamos y nuestros labios casi rozan.

Timbre.

El maldito timbre que nos hace separar de golpe.

—Yo voy—digo rápidamente y cuando me doy cuenta de mi tobillo niego—no, yo no voy.

—Iré yo, Em—dice Kinsey entrando y caminando a abrir la puerta, Tyler suspira frustrado mientras se rasca la nuca y busca la escoba para seguir barriendo, yo miro un punto fijo pensando.

Oh Dios, estuve a punto de besar a Tyler.

Una parte de mí salta de emoción y la otra se muere de nervios.

—Otro guisado—dice cansada Kinsey cuando vuelve.

—¿No es extraño que cuando casi mueres la gente te trae comida?—pregunta Tyler.

—Totalmente, supongo que es lindo que a la gente le importe—

—Si, seguro la gente está muy feliz de que trajimos un asesino psicótico a su pequeño y lindo pueblo—suelto un risita por lo que dice Tyler y me paro para levantar las cosas de la mesa pero Kinsey me las saca.

—Déjame ayudarte—ruedo los ojos.

—Que tenga una bota ortopédica no significa que no pueda ayudar—

—Siéntate Em, el doctor dijo reposo—dijo Tyler remarcando la última palabra.

—Esto es horrible—susurro y Kinsey me escucha.