MÁS SORPRESAS

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TINI

Estaba realmente emocionada con estar aquí en Orlando, tenía tiempo que no visitaba los parques de Disney. De verdad que este hombre se superaba así mismo, cada sorpresa era muy especial, cada una de ellas única. Sebastián era el hombre más especial del mundo, hacía todo para que yo estuviera feliz, pero para decir verdad, lo único que me tenía así de contenta, era estar a su lado. Nunca pensé que Sebas pudiera ser un hombre tan detallista y entregado, pensé que me daría dolores de cabeza. Obvio que a veces había unas niñas desubicadas que le coqueteaban descaradamente, pero él siempre me daba la seguridad que yo era la única mujer en su vida.

Habíamos llegado al hotel, nos quedaríamos en el hotel Animal Kingdom. Había cientos de animales por todo el lugar, muy estilo África. Nos registramos rápidamente, y nos dirigimos a nuestra habitación. El cuarto era muy bonito, estaba divido en dos cuartos. En el primer cuarto estaba la sala, el comedor y una pequeña cocina. En el segundo cuarto estaba la cama con el baño y un gran balcón. Se podía observar los animales desde aquí.

Desempacamos y fuimos a almorzar. Sebas estaba un poco misterioso todo el camino al restaurante, no dije nada. Cuando llegamos, nos bajamos del auto, y entramos al restaurante, el cual estaba sólo.

-Amor, creo que el restaurante está cerrado, mira aquí no hay nadie.

- No princesa, lo que pasa es que reserve el restaurante para nosotros.

- Estoy sin palabras. Definitivamente estas loco. No entiendo para que reservaste todo el restaurante, si solo estamos nosotros dos.

- No estamos nosotros dos, mira para allá, no reconoces a nadie.

Mire donde Sebas me indicaba, y estaban toda mi familia, la familia de Sebas y mis amigos. Tremenda sorpresa me había dado, todos se acercaron y nos saludaron. Definitivamente, esta era la sorpresa más especial de todas. Nos sentamos todos en una mesa gigante, y comenzamos a disfrutar del almuerzo.

-No me haz dicho nada de tu sorpresa. – susurro Sebas.

-Aquí no puedo agradecerte estamos con mucha gente, espera que lleguemos al hotel, y te diré lo que pienso.

-No sabes cuanto espero con ansias ese momento, princesa.

Lo golpee con la pierna por debajo de la mesa. Pero quería darle una probadita antes de que llegáramos al hotel. Tenía que ser muy cuidadosa. No quería que nadie me viera. Tenia que esperar a que nos trajeran la comida, ya que todos estarían concentrados comiendo. 15 minutos más tardes, la comida había llegado. Todos estaban distraídos comiendo, esta era mi oportunidad. Fingí que se me caía la servilleta, estiré mi mano, pero en vez de tomar mi servilleta, puse mi mano en la pierna de Sebastián, subiendo por ella hasta llegar hasta su pantalón. Sebas me miro, pero no me dijo nada. Se sentía como su respiración había cambiado en un segundo, con mi mano acariciaba su pantalón, escuche un poco gemido saliendo de su boca, gracias a Dios, había ruido de la gente hablando, y no se escuchó nada. Desabroché el botón de su pantalón, y metí mi mano adentro de sus boxers llegando a su miembro. Sebas trato de remover mi mano, pero cuando sintió mi tacto en su pene, dejo de hacerlo. Acaricie su pene hasta que Sebas se acercó a mi oído y me dijo que parara, que estaba a punto de venirse. Sebas abrocho su pantalón, y se levantó rápidamente al baño. Tenía un pequeño bulto en su pantalón cuando se fue. 10 minutos más tarde volvió sin su bulto en el pantalón, lo cual me hizo sonrojar. Sebas se sentó, se acercó a mí, y me dijo que cuando llegáramos al hotel, me lo iba a ser pagar. No sabes cuanto ansiaba ese momento.

Luego de haber terminado de comer, nos fuimos todos al Disney BoardWalk a caminar y hacer unas cuantas compras, entre esas compras, conseguimos camisas idénticas para todos, queríamos ir uniformados mañana a los parques.

-Pipi, te parece que vayamos al hotel, nos cambiemos y vayamos a un boliche a bailar. – Pregunto Caro.

-Me parece perfecto.

Todos nos fuimos al hotel a cambiarnos, iríamos a un boliche. Cuando llegamos al cuarto, Sebas me agarra desprevenida y me carga hasta llegar a la cama y me tira en ella. El se sube encima mío y saca mi blusa. Chupa mis pechos como un bebe, me mira y muerde el lóbulo de mi oreja.

-Te voy a hacer pagar lo que me hiciste en el restaurante.

Sonrió, le quito la camisa y acaricio su pecho, beso su cuello y le hago un chupón, lo muerdo y viajo a su pecho dejando pequeños besos.

-Te Amo.

Nos besamos comenzando una guerra de lenguas la cual yo ganó. Las manos de Sebas se dirigen a mi jean, me lo baja junto con mi tanga, abro las piernas y el se pone entre ellas. Nos besamos, una de sus manos viaja hasta mi vagina y empieza a tocarme y con su otra mano masajea uno de mis pechos. Siento como mete un dedo dentro de mí, gimo, luego mete otro y otro. Mierda me esta torturando. Me tiene loca.

Masajea mi clítoris mientras me masturba con tres dedos, me agarro de las sabanas y tiro mi cabeza hacia atrás, haciendo que Sebas acelere.

-AHHHH, AMOR!!

-Eso princesa, dámelo todo.

Me tapó la boca con la mano para no gritar, Sebas se aleja de mi cuello y baja a mi zona, lo miro y saca sus dedos para reemplazarlos con su boca, jadeo y con una mano la acerco más y con la otra masajeo un pecho, cierro los ojos sintiendo todo lo que Sebas me hace sentir. Me tiene loca por él.

-Amor, siii, ahhh

- Vamos princesa dámelo todo.

Siento que estoy por llegar a mi orgasmo y muerdo la almohada, Sebas se acerca a mi boca y me besa, puedo sentir él sabor de mi orgasmo en su boca.

-Princesa, me tienes loco.

Lo agarro del cuello y lo beso como si mi vida dependiera de ello, a mitad del beso desabrocho el botón y bajo la cremallera de su pantalón, hago lo mismo con su boxer, lo empiezo a masturbar y el a mí.

-Princesa abre las piernas – obedezco y el agarra su pene y me mira. Lo beso, bajo mi mano hacia la suya y la apoyo también en su miembro. Nos besamos y juntos introducimos su pene en mí, lo abrazo con mis piernas y juntos empezamos a movernos, empezamos a acelerar y nos besamos para callar nuestros gemidos.

- Bebe, más fuerte ahhhh sisisi ahhh eso bebe así ahh me corro.

- Juntos princesa, juntos...ahora.

Ambos nos corremos y nos besamos, se acuesta a mi lado y nos empezamos a dar pequeños besos. Sebas nos tapa con la sabana y la colcha y nos seguimos besando mientras debajo de las sabanas nos tocamos. Estábamos tan concentrados en nuestra nube que no nos dimos cuenta de la hora.

De repente, el celular mío comenzó a sonar, Sebas se quito de encima mío, y agarre el celular y conteste. Seguía un poco agitada.

- ¿Pipi, ya están listos?

-Todavía no, dame 20 minutos y bajamos.

-Ok, los esperamos en el bar que esta abajo.

-Dale.

Colgué el celular. Salí de la cama rápidamente.

-Amor, en 20 minutos debemos estar abajo.

Nos metimos en la ducha ambos, yo salí primero, me vestí rápidamente, me maquillé muy suave. Cuando termine Sebas también estaba listo, así que nos dirigimos al bar donde estaban todos esperándonos.   

Sebastini...La Historia después de la confirmación..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora