25.Money

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''El mejor modo de prever el futuro es inventarlo. ''

-F. Ford Coppola.


Más tarde conocía a Dominica.

Era la típica mujer a la que un hombre no puede siquiera contradecir, ya que poseía unos ojos color pardo que intimidaban. Logró sacarme una risa cuando me dijo en la cocina, mientras tomábamos un café, que de no ser por ella esos hombres estarían haciendo lo que les diera en gana. 

Y ella a veces lograba cortarles hasta la risa. 

Menos a Ryder Newman, el cual según ella, disfrutaba jodiéndole la vida. Y la que se rió fue ella cuando le dije que no se sintiera especial, ya que no era la única a la que él jodía.

Y entonces no pude escaparme cuando empezó a contarme de su relación con Billy. No sé si yo tenía cara de psicóloga o de madre, pero siempre las chicas que conocía acababan hablándome de sus problemas con sus parejas. Y yo... ¡Pues aquí estaba yo sin una relación en la vida y sin apenas una vida sexual ni amorosa! ¡¿Pero ellas piensan en eso?! ¡Qué va! Así que por desgracia, aún conservaba un poco de educación... con lo que simplemente me callé e hice caras de auténtico interés a medida que ella hablaba.

Pero lo que no entiendo es cómo empezó hablándome de cómo se conocieron... hasta acabar hablándome de:

-Y no me lo quiere chupar el muy cabrón porque dice que yo es-

-Alto- cerré los ojos y elevé la mano, callándola.

Permanecí ahí, sentada. Quieta. Sin respirar casi. 

Luego abrí los ojos. La miré. Hice una sonrisa de disculpa y señalé a sus espaldas, indicándole que debía largarme.

No me convenía esa charla.

Para nada.




Llevaba apenas dos días en aquel lugar, y no me dejaban ni coger un coche para salir a dar una vuelta.

Solamente ayudaba a Ally y a Dominica a limpiar la cocina y a hacer la comida. Pero a  parte de eso me la pasaba tumbada boca arriba en mi cama, mirando el techo en silencio. Y evitando a Ryder, cabe mencionar.

Pero la noche del segundo día ahí, no pude hacer nada cuando él mismo se auto invitó a mi habitación. 

-Lárgate si no quieres tener problemas- dije cerrando los ojos, sin moverme de mi posición.

Él ignoró mi advertencia y cerró la puerta detrás de él.

-¿Y qué harás? ¿Llamar a la policía?

Abrí los ojos para fulminarle con la mirada. Él suspiró y elevó los brazos, suspirando.

Se sentó en una esquina de la cama y apoyó sus brazos en sus rodillas. La camisa negra que llevaba arremangada hasta los codos marcaba perfectamente lo que se escondía bajo ella. Volví a mirar al techo.

-No entiendo tu enojamiento.

Cerré los ojos fuertemente e inspiré y expiré varias veces, intentando tranquilizarme. 

-Sé que puede que te sienta mal el estar donde estás ahora, pe-

-¡¿Sentirme mal?!- bramé, sentándome y conectando nuestras miradas- ¡¿Sentirme mal porque mi padre y mi hermano creen ahora mismo que soy una maldita criminal?!- bramé, levantándome al mismo tiempo que él- ¡¿Sentirme mal porque e defraudado a mi madre de una manera ruin y ridícula?! ¡¿Sentirme mal por habérmela jugado por un miserable mujeriego que no merece ni el aire que respira?!- mis ojos a ese grado ya estaban llenos de lágrimas. Lágrimas que no tardarían en caer- ¡Maldita sea Ryder me has secuestrado y me tienes aquí en contra de mi voluntad!

EXPEDIENTE RYDER✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora