34.Wish

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''Las caricias que aún no te doy, también son tuyas.''

-Danns Vega


Los golpes en la puerta frenaron sus pasos.

Su cuerpo desprendiendo calor y su respiración agitada al igual que la mía por la tensión sexual acumulada, nos hicieron mantener los ojos fijos en nuestros rostros. Mis pensamientos maldijeron mil veces al que estaba detrás de esa puerta, insistiendo en seguir llamando.

Tragué saliva cuando visualicé la cara de David por la ventana.

-T-tengo que abrir...- susurré, mirando la puerta y observando cómo las aletas de su nariz se hinchaban y deshinchaban por todo lo que estaría aguantando, al igual que yo, por no mandar a David a tomar por culo.

-Puta Dorothy...- le escuché gruñir cuando pasé por su lado para abrir la puerta.

Me mordí el interior de las mejillas para no reír cuando le abrí la puerta.

Intenté fingir una sonrisa para no mirarle mal, por haber interrumpido el momento de película que el espectador (yo), tanto había estado esperando. Me miró con una media sonrisa, para después mirar por encima de mi hombro.

-Espero que tu hermano no vaya a ser un problema en-

-¿Ibas a trincarte a mi hermana, Dorothy?- escuché decir con voz grave a Ryder, caminando hacia mi.

Empujé con mi mano a David para salir yo también.

-¿Dorothy?- frunció el ceño, con una sonrisa divertida para mi suerte.                 

-No le hagas caso, está... Está borracho- murmuré mirando por encima de mi hombro.

-¿Podemos ir algún lugar a hablar?- fruncí el ceño, escuchando cómo Ryder intentaba girar el pomo de la puerta por dentro, mientras yo lo sujetaba con fuerza por fuera- Hay un lago a unos cinco minutos caminando de aquí.

Cuando Ryder intensificó la fuerza, decidí asentir rápidamente. 

Agarré a David de la mano y eché a correr hacia la parte trasera del hotel. 

-Será mejor que vayamos rápidamente a ese lago- murmuré, y David asintió, tomando las riendas del camino.



-Si me habrías anunciado sobre éste sitio en las semanas que llevo aquí, me habrías ahorrado varias noches de depresión.

Su carcajada llenó el lugar. 

-Lo siento- susurró- Me encanta estar contigo, Nina. Es como si te conociera de otra vida- le miré con una sonrisa en el rostro- ¿Seguro que nunca nos habíamos visto antes? No sé porqué, pero me parece haber visto tu rostro en algún lugar.

-Será en los más buscados de Washington- dije, mirando el cielo.

Dejó salir una carcajada, y yo solamente me quedé en silencio, mirando alrededor mía, con ironía. 

Noté cómo se deslizaba disimuladamente por la madera en la orilla del lago en la que estábamos sentados. Apreté la mandíbula, mirando el cielo estrellado y notando su mirada sobre mí. Mis pies estaban metidos hasta las rodillas en el agua me daba una calma que desde hacía tiempo que me hacía falta.

-Parece que tu hermano es muy posesivo- dijo, provocando una pequeña risa por mi parte.

-Se preocupa, eso es todo- murmuré, cerrando los ojos y respirando el aire limpio de nuestro alrededor.

EXPEDIENTE RYDER✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora