32. Two Days

296 38 8
                                    

''Siempre hay algo de locura en el amor. Pero también hay siempre alguna razón en la locura.''

-Friedrich Nietzsche.


-¿Porqué mierda has vuelto?

Elevó una ceja, desviando la mirada hacia algunos turistas que seguían hablando en su idioma, arrastrando sus maletas.

-Jensen diciendo palabrotas... es un momento histórico- murmuró, obteniendo una segunda fulminación de mi parte.- Simplemente estaba de viaje... y he decidido hacer una parada de dos días en un hotel. No te creas tan importante, Niña. 

Apreté la mandíbula e inspiré hondo. 

-Sabes que. Que te den por culo.

Y dándome la vuelta, me dirigí hacia mi habitación de hotel, la cual para colmo estaba al lado de la suya. Abrí la puerta y fui empujada al interior de golpe. 

Mi puerta se cerró de golpe y me giré dispuesta a pegarle, pero lo cerca que estaba de mí me frenó hasta la respiración. Fruncí el ceño, observando una expresión en su cara que nunca había visto antes. La saliva de repente se empezó a acumular sin razón alguna en mi boca.

-Vamos a hablar tú y yo seriamente, Jensen- dijo, echando a caminar hacia mí con los brazos cruzados.

Escuché las voces de Antonio y su hijo fuera y maldije por haber cerrado las oscuras cortinas de la ventana, ya que así al menos sabría cómo salir de ésta.

-Yo ya no tengo nada de qué hablar contigo, Ryder- dije firme, deteniendo mis pasos.

Él también detuvo los suyos, pero hasta estar a una distancia considerable para intimidarme. Pero lo que él no sabía, era que estaba provocando un efecto contrario al que él intentaba provocar.

Estaba excitándome. No provocándome.

-¿En serio? Porque creí que te habías ido por las enormes ganas que tenías de que yo correspondiera tu amor. Y cuando te diste cuenta de la clase de hombre que soy, decidiste que lo mejor era irte. Arriesgándonos a los dos, claro está.

Me quedé con la boca abierta. Observándolo.

-¿Qué demonios estás diciendo?- fruncí el ceño, cruzándome yo de brazos ésta vez.- ¿Crees que siento... amor por ti?- mi cara seria provocó un ceño fruncido en la suya.- ¿Creías que yo quería una bonita relación en la que tú me despiertes con flores y bombones?

Una sonrisa burlona cruzó mi cara.

-¿Entonces qué demonios quieres, Jensen?- murmuró, respirando fuertemente por la nariz, intensificando su mirada.

Y mi mirada divertida cambió a una de miedo e indecisión.

-Ya que estás de viaje y te irás pronto, no perderé nada con decirte lo que siento y quiero en verdad...- suspiré, sentándome delante de él.

Él en cambio se quedó de pie, con los brazos cruzados y la mirada seria, observándome. 

-No me sumes a una más de tus listas, porque yo no siento nada por tí. No quiero que tengamos hijos, ni que me regales flores, ni nada que cada mujer con la que te cruces quiera. Yo simplemente...- elevó la ceja derecha- Simplemente me atraes en el lado...ya sabes- carraspeé, observando cómo una comisura de su boca se elevaba. 

-¿Te refieres a que te atraigo sexualmente?

Se divertía con ésto. Y yo lo sabía muy bien. 

-Sí- asentí, evitando mirarlo- Tú bien sabes que mi vida sexual no a sido... muy activa últimamente, así que-

-¿Últimamente?- murmuró, intentando no reír.

EXPEDIENTE RYDER✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora