Capítulo 2: Bosque.

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Me mantuve en silencio durante el trascurso de la casa de Scott a la reserva del bosque, mirando por la ventana los árboles al avanzar por la solitaria y oscura carretera.

Ah, que lindo, dos lucecitas azules en medio de los árboles.

— ¿De verdad lo haremos?

La voz de Scott me sacó de mis pensamientos y me hizo darme cuenta de que ya habíamos llegado al bosque. Con un pesado suspiro los seguí fuera del Jeep, estirándome un poco cuando mis botas tocaron la suave tierra del lugar.

— Tú siempre te quejas de que aquí nunca pasa nada.— le reprendió el castaño.

Scott por su parte sólo se encogió de hombros.

— Intentaba descansar para la práctica de mañana.— él se defendió.

Los seguí de cerca mientras comenzábamos a adentrarnos al bosque, era algo incómodo ver con la ligera neblina que había. Aunque por suerte llevábamos linternas -que quién sabe de dónde había sacado Stiles-.

— Claro, porque estar en la banca requiere de mucho esfuerzo.— alcancé a escuchar las burlas de Stiles hacia Scott.

— No, porque jugaré este año. De hecho, seré titular.— el moreno alegó con seguridad.

Esbocé una pequeña sonrisa mientras los escuchaba hablar, pero no los miré. Mi atención se encontraba más en el lugar en el que estábamos, intentando encontrar lo que buscábamos.

— Ese es el espíritu. Todos deberían tener un sueño, aunque sea uno patéticamente irreal.— el castaño habló, manteniendo el tono burlón.

Rodé los ojos mientras los escuchaba alegar, a lo lejos logré divisar otro par de luces azules en la oscuridad, haciéndome fruncir el ceño con curiosidad. Aunque no indagué más, mi atención se centró ahora en el par que seguía discutiendo.

— Solo por curiosidad, ¿qué parte del cuerpo buscamos?— pregunté en un intento por desviar el tema. Funcionó.

— Uh, no pensé en eso.— fué la inteligente respuesta de Stiles.

— ¿Y si el asesino sigue aquí?— preguntó Scott ahora.

— Tampoco pensé en eso.— el castaño volvió a responder con simpleza.

Lo miré con incredulidad, comenzando a sentir la necesidad de estampar mi puño en su bonito rostro por descuidado e idiota.

— Es reconfortante saber que planteaste esto con tu usual atención al detalle.— murmuré con un gruñido.

Los tres comenzamos a subir una pequeña colina, hice una mueca de asco al mancharme las manos de tierra.

— Tal vez el que tiene asma debería llevar la linterna, ¿no creen?— Scott resopló.

Giré la cabeza para verlo, Scott estaba apoyado en un árbol mientras usaba su inhalador, por lo que le tendí una mano con la intención de ayudarlo a subir. Él tomo mi mano y unos segundos después alcanzamos a Stiles, el cual nos hizo tiranos al suelo mientras apagábamos las linternas cuando unas luces amarillentas se veían a unos metros.
Inesperadamente Stiles me tomó de la chaqueta y tiró de ella para incitarme a correr con él, técnicamente dejándome sin opción, por lo que a regañadientes lo seguí -igual que toda la noche-. Sin embargo, comencé a preocuparme cuando no ví a Scott seguirnos, pero antes de poder dar aviso al castaño un ladrido nos sobresaltó, haciéndolo caer al suelo.

— Espera, espera. Estos pequeños delincuentes me pertenecen.— el Sheriff Stilinski tranquilizó al perro.

Otra vez en problemas por culpa del testarudo de Stiles.

— Papá, ¿cómo estás?— el Stilinski menor preguntó mientras arrugaba la naríz después de levantarse.

Las ganas de estampar mi puño contra su rostro comenzaban a aumentar conforme pasaban los segundos.

— ¿Siempre escuchas mis llamadas telefónicas?— preguntó el adulto con una expresión de cansancio.

Definitivamente no era el favorito de dios, se notaba con solo ver que tenía como hijo a Stiles.

— No...— el susodicho cerró la boca al ver que su papá no le creía en absoluto.— no las aburridas.— terminó por confesar mientras desviaba la mirada.

Cuando el mayor volteó hacia sus colegas decidí dejarme guiar por un impulso y le dí un golpe a Stiles en la cabeza, a lo que él frunció el ceño e hizo un puchero -para nada adorable- mientras me miraba, haciéndome sonreír ligeramente sin apartar la mirada de la suya.

Un punto para Stiles por ser el único capaz de sacar sonrisas genuinas de Jughead. Y dos puntos para Jughead por ser el único privilegiado de ver los pucheros de Stiles.

— ¿Dónde está su pareja de crimen?

La voz del Sheriff los sacó de su pequeña burbuja.

— ¿Quién? ¿Scott? Scott está en su casa, dijo que quería dormir bien para el primer día de clases mañana.— Stiles respondió en un intento de encubrir a su amigo para no meterlo en problemas.

— Somos nosotros, solos, en el bosque.— confirmé yo mientras intentaba sonar convincente.

Pero el hombre no pareció creernos ni pío, normal.

— ¿Scott? ¿¡Scott!?— el Sheriff apuntó con la linterna detrás de nosotros, buscando alguna pista del moreno entre los árboles, pero no estaba. Por lo que suspiró y nos tomó de la nuca con un fuerte agarre.— de acuerdo jovencitos, los llevaré al auto y después tendremos una plática muy seria de algo que se llama invasión a la privacidad.

Mientras caminábamos al auto entre quejidos, no pude evitar preocuparme por nuestro amigo, algo me decía que estaba en problemas más serios de lo que creía.

En serio quería ahorcar a Stiles, y no de la forma en que lo haría si no estuviera molesto.

Por su culpa tendría que ir a buscar a Scott al bosque, y con lo que odio ensuciarme de tierra.

Otro punto a Stiles por ser tan malditamente convincente y tenerme a sus pies hasta el punto de que no puedo decirle que no.

Jughead: 2 — Stiles: 2
















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XOXO
— P♡

Lobo Enamorado (Libro #1)→Jughead×Stiles←(BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora