Capítulo 4: Derek Hale.

970 94 16
                                    

Gruñí levemente cuando el molesto timbre de la preparatoria martilló contra mis tímpanos, anunciando el final del primer día de clases. Y, resistiendo el impulso de cubrirme los oídos, comencé a guardar mis cosas en mi mochila.

Preferí esperar a que todos salieran del salón para evitar ser empujado cruelmente y solté un suspiro de alivio cuando no quedó nadie más en el lugar aparte de mí. Bueno, de mí y del lindo castaño que me esperaba en la puerta. Caminé fuera del salón mientras observaba la sonrisa que Stiles me regalaba, correspondiendo tímidamente.

— Perdón por hacerte esperar.— me disculpé cuando finalmente estuve junto a él.

— No te preocupes, sé que te incomoda el gentío.— continuó sonriéndome.

Dios, deja de ser tan lindo, ¿acaso quieres matarme de taquicardia?

— ¿Debería asustarme por lo mucho que pareces conocerme?

Mi pregunta lo hizo reír y encogerse de hombros. Ambos caminamos hasta el casillero de Scott, donde este se encontraba mirando embobado a la chica nueva. No me sorprendí en absoluto cuando noté que Lydia Martin estaba hablando con ella, probablemente haciéndola su mejor amiga.

Definitivamente era algo que se veía venir.

— ¿Cómo es que en menos de 10 minutos la chica nueva logró estar en el grupo de Lydia?— una chica random, que yo no tenía idea de quién era, preguntó.

— Diría que es porque la gente linda se junta, pero si fuera así Jughead estaría con ellas.— Stiles respondió casualmente.

Su comentario me hizo atragantarme con mi propia saliva y sonrojarme hasta las orejas.

¿Cómo puede decir algo así de forma tan tranquila?

Dos puntos para Stiles por ser malditamente coqueto y descarado.

— No seas idiota.— lo regañé después de toser un par de veces y mirar avergonzado hacia otro lado.

Un punto menos para mí por ser demasiado susceptible a él.

Él solo rió ante mi regaño y me guiñó el ojo, cosa que me hizo rodar los ojos. Cuando finalmente Scott bajó de su nube y recordó que tenían una práctica de lacrosse en ese momento, los tres caminamos hacia los vestidores mientras el par discutía sobre cualquier tontería que se les ocurriera. A ese punto ya me había acostumbrado a ello.

Los seguí por el lugar, ignorando las miradas hostiles que los jugadores me lanzaban, y los esperé mientras se ponían el uniforme del equipo escolar.

— Se tardan demasiado.— me quejé después de un rato mientras permanecía recargado en un casillero.

— No nos tardamos demasiado, tú eres demasiado impaciente.— refutó el castaño.

— Como sea, me voy. Los espero en el campo.— avisé antes de salir de los vestidores sin decir nada más.

Caminé por los pasillos de la preparatoria, mirando distraidamente el suelo, hasta que escuché una familiar voz detrás de mí.

— Te lo juro, Allison, Jackson es el mejor jugador de lacrosse que conocerás aquí.— Lydia parloteó con tono arrogante.

Por instinto giré el rostro hacia mi costado cuando pasaron por un lado mío, ambas iban lado a lado con los brazos entrelazados. Mi mirada se cruzó con la de la chica nueva, ella me dió una tímida sonrisa que yo correspondí. La rubio fresa pareció darse cuenta de nuestra pequeña interacción y en consecuencia tiró del brazo de la pelinegra, haciéndola caminar más rápido para alejarse, su pequeña rabieta me hizo reír entre dientes.

Lobo Enamorado (Libro #1)→Jughead×Stiles←(BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora