Cita parte 9

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Nos quedamos un rato besándonos con los fuegos artificiales de fondo y Roy enroscado en nuestros pies. Me sentía eufórico. Había tenido la mejor cita de mi vida con una mujer maravillosa, una mujer, que por si fuera poco, correspondía enserio mis sentimientos. Era como si estuviese en un sueño, uno del que desde luego no estaba dispuesto a despertar.
Me acerqué más a ella si era posible,  pasando mis brazos por su cintura y disfrutando del paisaje, de ella.
- Es precioso, ¿no crees?- susurró. Yo asentí sin dejar de mirarla, desde luego ella si era preciosa, de lo demás no estaba seguro, pero de ella, no tenía ninguna duda.
Estuvimos al menos media hora sentados en la misma posición,  hasta que empezó a hacer verdadero frío y mis pies se sintieron entumecidos. Me removí un poco a su lado acercándola más a mi para combatir el frío.
-Hey Rem, ¿a qué hora tenemos que volver?
-Supongo que antes de las 11 o así estaría bien, no queremos poner a prueba la benevolencia de Dumbledore.
-Sip, pero quiero quedarme contigo esta noche...mañana es domingo, podremos despertarnos a la hora que queramos.
- Dora...
-Vamos Remus, tampoco es tan malo, solo dormir y ya...
-Claro que solo dormir, eso está claro, pero si te encuentran en mi habitación...
-Nadie entraría sin tu permiso, ¿o hay mucha gente que te visite temprano?
-No, pero...
La miré con los ojos fijos en los suyos. Ella me devolvió la mirada y se inclinó hacia mis labios.
-No hagas eso- la detuve antes de que nuestros labios se encontraron.
-¿El qué?- preguntó con una sonrisa traviesa.
-Eso, besarme para que baje la guardia...
- ¿Te desconcentro?
-Sabes que sí
-Pues entonces funciona- sonrió, y esta vez no hice nada para alejarme, era tan complicado, tan difícil apartarme de ella...
-Solo por esta noche y porque mañana es domingo,  no te hagas ilusiones...
-Imposible no hacerme ilusiones contigo Rem...
Me volvió a besar y volví a responderle como si la vida me fuese en ello, porque sí,  mi vida era ella.
Pasamos mucho rato así,  acurrucados mirando el cielo iluminado por aquel espectáculo de luces y las infinitas estrellas que lo adornaban. Mi vida era como el cielo, pero ella, ella era todas las estrellas, las lunas y los planetas que le daban vida.
-Deberíamos irnos Dora, se  hace tarde.
-Solo un ratito más...
-Vamos pequeña, volvamos al castillo. Puedo darte chocolate caliente  en mi habitación y cenamos algo que haya sobrado de las cocinas.
Me miró sonriente.  Había escuchado como su barriga rugía de vez en cuando, no iba a descuidarla, no esta noche.
-Okey, pero si prometes que me darás un beso de buenas noches.
-Uno inolvidable si quieres, pero debemos irnos.- dije levantándome y llevandomela conmigo.
Paseamos entre las calles apenas iluminadas hasta llegar al terreno de la casa de los gritos.
-¿Qué hacemos aquí?
- Volver a Hogwarts, la tienda está cerrada y no debemos colarnos, es ilegal, tomaremos otro camino.
Ella asintió conforme, se acercó a mi y juntos volvimos a Hogwarts.
No llegamos mucho más tarde de las 11, de hecho habíamos hecho el camino bastante rápido,  por lo que llegamos incluso temprano a mi habitación.  La vi moverse nerviosa, aunque desde luego no más que yo, pero tampoco podía culparla, no era su habitación.
Hice unas tazas de chocolate en silencio y mandé que nos trajeran algo de cena. Cansado de que ninguno dijera ninguna palabra, le sostuve la mano e hice que me mirase.
-¿Qué te ocurre?-le pregunté. Ella me devolvió la mirada con una sonrisa cansada y vi por primera vez algo de inseguridad en sus ojos.
-¿Y si no soy suficiente?



Bueno, estoy de vuelta. He tardado demasiado en actualizar, pero no tenía las ideas claras y mucho menos la mente en su sitio, ha sido un año duro lleno de mierdas y de problemas, pero ahora estoy bien y espero actualizar pronto. Mchas gracias a a los que seguís aquí,  valoro que no os rindais de alguna forma conmigo y esta pequeña historia de una pareja realmente maravillosa.
-Kae

RiddikulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora