Capítulo 1

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Todo comenzó cuando él llegó a casa después de un largo viaje, yo solo tenía 10 años cuando todo cambio.

Al principio, ellos me amaban, en casa habían varios retratos de mi, mi habitación era muy colorida y con mucho juguetes, en la mesa siempre había un hueco para mi...¿Y ahora? Ahora me desprecian, no hay nada de fotos mías por casa, mi habitación constaba de un colchón mugriento y las paredes blancas con manchas sucias y de humedad, ya no comía en aquella mesa...ni si quiera comía...deje de existir para ellos.

¿Y todo esto porque?

Mi padre averiguo qué yo no era su hija, entonces tuvo un gran discusión con mi madre en la que el la golpeó y se fue de casa durante un año con mis dos hermanastras que creí que eran mis hermanas.

Durante ese año mi madre estuvo muy distante conmigo, decía que era mi culpa todo, que ya no me trataría como su hija, que no merecía estar aquí...y yo tan solo tenía 10 años...no entendía nada de lo que pasaba.

Cuando él volvió empezó mi infierno...mi madre Gina ya ni me miraba, Devora mi hermana mayor me odiaba, Cindy que es la mediana estaba distante conmigo pero era la que más me atendía y mi padre Frederick me maltrataba como a una esclava.

Hasta ahora que tengo 17 años todo sigue igual...soy Alisa, la más pequeña de casa, soy de mediana estatura, pelo corto, negro y ondulado, ojos azules y de piel muy blanca.

[...]

Es Miércoles por la mañana y en una semana tenemos las vacaciones de Navidad.

Si iba a la escuela, a la misma que la de mis hermanas solo que ellas estaban en cursos superiores ya que son más mayores que yo, Devora tiene 19 y Cindy 18 recién cumplidos.

En el instituto no tenía amistades, tampoco me hacían bullying y eso era
algo raro ya que era horrorosa y antisocial para mi gusto.

Creo que no soy tan bella como mis hermanas, yo era más bajitas que ellas, flacucha, y mi cara no era redonda y atractiva como las de ellas...eso me hacen ver en casa...y por eso todo el mundo pasa desapercibido de mi.

Me levanté de ese mugriento e incómodo colchón y fui a lavarme la cara al baño principal, ni baño propio tenía.

Me cambiaba de ropa con lo poco que tenía, dos pantalones gastados, una falda que no usaba para que no se vieran mis heridas, y 3 jerseys antiguos...si, no me compraban ropa.

Al estar lista, baje y los vi a todos en la mesa tomando el desayuno.

– buenos días – era inútil saludar, muchas veces no era respondida.

– hola – solo contesto Cindy, como ya os dije.

Espere a que mi padre dijese algo para sentarme en la mesa pero no, hoy me iba sin desayunar de nuevo.

Cuando todos acaben tengo que recogerlo yo como si fuese la sirvienta mientras que mis dos hermanas se van en el coche de Devora al instituto y yo iba andando casi corriendo para no llegar tarde.

Si, todo era horrible...

Llegue a tiempo a las clases y fui a sentarme en mi lugar para esperar.

[...]

Llegó el descanso y mi estómago rugía del hambre que tenía.

Creo que llevaba sin comer un día entero.

Al irme al pasillo para estar guardando las cosas en la taquilla vi de llegar a Cindy.

– Toma –

Me extendió una manzana.

MI GUARDIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora