Estábamos entrando a casa y quise ir a mi habitación pero la voz de mi padre me detuvo.— ¿a donde crees que vas zorra?— me preguntó.
— no soy ninguna zorra — respondí ya cansada.
Le enfrente porque no soy una zorra, eso se lo debe de decir a su hija Devorah.
Su cara era un poema por mi contestación y Asher mi miró sorprendido.
— ¿ah no, y donde estuviste anoche? —
— en casa de unos compañeros, tenía que hacer un trabajo importante para aprobar esa asignatura, te lo explique —
— ¿y yo que te dije? —
— que no, que no fuera —
— por eso ahora estás herida y ya no dormirás en tu habitación por estupida y por no acatar mis órdenes — dicho eso me cogió del brazo.
Me arrastraba a una puerta de casa que está bajo llave ya que nadie baja ahí.
— suéltame, no quiero ir ahí — dije asustada.
Me giré para ver a asher pero el no hacía nada... ¿que tonterías digo? El trabaja para mi padre y es igual de criminal que el.
Bajamos y mi padre me tiro al suelo sucio.
Me intentaba atar pero yo me negaba moviendo mis manos y mis pies para intentar salir corriendo.
— ¡asher sujétala! — grito mi padre y el vino rápidamente.
Me empezaron a agarrar fuertemente de las manos y los pies.
— ¡NO, NO QUIERO! — grite agobiada.
No me gustaba estar atada, me agobiaba mucho no poder moverme y más cuando mi padre apretaba esta mierda.
Mis manos quedaron por mi espalda y era doloroso.
Ya se apartaron de mi y mi padre comenzó a reírse...era un psicopata.
— ahora sí que no saldrás a joder —
Intentaba incorporarme pero no podía, me hacía daño y me agobiaba más.
— soltadme por favor — susurre ya cansada.
Moverme tanto hizo que mi hombro empezara a doler y a sangrar un poco.
Se fueron y me dejaron sola.
Comencé a llorar por la impotencia que sentía, la última vez que estuve aquí fue hace cuatro años por golpear a Devorah.
[...]
Nadie venía y yo seguía en la misma posición, me dolía todo pero preferiría no moverme para no causar dolor en el hombro.
Lloraba todo el rato sin parar por ver que nadie venía a por mi, Nadie preguntaba por mi, nadie se preocupaba y eso era horrible de sentir aunque esté acostumbrada...pero es humillante ver como todas las niñas de mi edad son felices y tienen amigos, familiares que se preocupan por ella, que podrían dar la vida por ellas.
Esta es la vida que me toco y me tengo que aguantar...soy débil y no tengo nada fuera de aquí, volvería y sería peor.
De tanto llorar me quede dormida con la cara pegada al suelo y con frío, pero me daba igual.
[...]
El dolor me despertó abriendo los ojos lentamente mientras me quejaba.
Vi los zapatos de alguien que los reconocí por ser modernos, asher.
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MI GUARDIÁN
Teen FictionCreí que el era mi padre hasta que descubrimos la verdad, se transformaron en malas personas conmigo...incluso mi madre; no entendía ese mal trato hacia mi. Mi padre o el que creí que era, contrato a ese chico que presenciaba todo lo que me pasaba...