21 - El Reloj

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Menos mal que enseguida llegó Lucas con refuerzos, es decir con dos policías más, porque se armó un revuelo único. También apareció Leti: un vecino que se enteró que yo estaba metido en el baile fue a buscarla.
Al principio gritaron todos, pero cuando vieron que la cosa era nada más que con el francés y que ni hubo disparos ni nada por el estilo, se tranquilizaron y empezaron a preguntar qué pasaba.

_¡Este tipo secuestro a Manuel! -gritaba Lucas.

Leticia casi se desmaya, y eso que ya me había visto. Etelvina estaba muda, dura y blanca como si la hubieran pasado por harina.
Entonces llegó Jimena. Y ahí, sí, hablé yo.

_Tiene la cajita con la estampilla en el bolso -le dije, señalando al francés -. La encontró Gonzalo en la terraza y él nos escuchó por la ventana cuando hablábamos.

_Y después se llevó a Manuel al departamento para sacarle la estampilla y lo dejó atado y amordazado -siguió Lucas.

_¡Y él me rescató! -le dije a Leti.

Recién ahí me di cuenta de una cosa:

_¿Y vos cómo sabías que yo estaba en el departamento?

_Porque Gonzalo te siguió -dijo, Lucas-, y cuando vio que tiraste las pizzas en la vereda, vino a buscarme. Yo recién llegaba con la moto, así que volé a buscar al agente que hacía la ronda por Olavarría.

Impresionante, el enano. Lo busqué con la mirada. Estaba al lado de Jimena, que le acariciaba la cabeza. Le sonreí. Se puso colorado y me devolvió la sonrisa.

_Bueno, señores -dijo uno de los policías-, a ver quiénes nos acompañan a la comisaría, porque hay muchas cosas que aclarar.

Levantaron al francés, que estaba esposado en el suelo, para llevarlo al patrullero, cuando se oyeron unas campanadas familiares.

_Oia... -dije, asombrado-. Es el reloj de Don Mauricio...

_¿Qué reloj? -dijo Jimena, extrañada.

_Las campanadas... Las escuché en el departamento de tu abuelo...

_Mi abuelo no tiene ningún reloj que suene así.

Las campanadas todavía se oían. Entonces, uno de los policías que llevaba al francés le metió la mano en el bolsillo del pantalón y sacó un teléfono celular. Apretó un botón, dijo “hola” y las campanadas no se oyeron más. Y ahí entendí todo.




















Sólo 1 capítulo para el final. Bye.

Un Secreto En La Ventana (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora