Capítulo 16. Pre batalla.

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Atnea se encontraba mordiendo la uña del dedo gordo mirando el claro en frente de sus ojos. Tenía al rubio y al cobrizo detrás suyo hablando en voz baja y a su lado, estaba Isabella, mirando el lugar preocupada.

—¿Estás bien?

La pregunta de la humana hizo que sus orbes negros dejaran de estar mirando a su alrededor, en donde se daría la batalla, para mirar a los orbes chocolates de la castaña que la miraba con un intento de sonrisa.

—Sinceramente...— susurró con pesar.— no, no estoy bien.

》Me siento... sobrepasada... y...《

—Y no estas bien con Jacob.— habló Bella mirándola con tristeza, viendo como el cuerpo de la pelinegra se tensaba.— tienes unas terribles ojeras y tu mirada esta triste..

—Si...— susurró con pesar, masajeandose la frente.— bueno, Jacob tiene todo el derecho a estar enojado e inclusive dolido...

》Le he mentido desde que nos conocimos.《

—Jacob pronto lo entenderá.— le sonrió la castaña apoyando su mano sobre el hombro de la pelinegra en un intento de hacerla sentir mejor.— solo.. necesita tiempo...

—Tiempo...— susurró para si misma, sintiendo en su corazón un dolor al pensar que no tenía mucho tiempo.

Las palabras de su sueño con Ancestral todavía retumbaba sobre su mente.

No lo entendía.

O no lo quería entender.

Fuera cual fuera, Atnea sabía lo que sus instintos le dirían.

Lo que haría.

Pequeños ruidos de ramas al romperse llaman la atención de las dos humanas, en donde los dos vampiros se acercaron hacia ellas. Los ojos de la pelinegra se dirigieron hacia aquel lugar atenta ante algún intruso ya que no le habían dicho para que la requerían allí.

—Lo siento.

Las palabras de Edward, el novio de la humana, fueron dirigidas hacia ella. La pelinegra miró confundida hacia el cobrizo, que no la miraba sino que miraba hacia el frente. Atnea  miró en la misma dirección y su cuerpo se tensó por completo como la tanza de un arco, al reconocer esa cabellera negra y corta, esa piel rojiza dejándose ver su muy bien trabajado torso, y esos ojos negros como un pozo sin fondo que se encontraron inmediatamente con los suyos, devorándola.

Tragó saliva sabiendo que su corazón estaba latiendo como si hubiera corrido una maratón.

Quería irse.

Hechicera {Jacob Black}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora