–Leena –Llamó con una suave voz. A pesar de ser gruesa, sabía como lograr un tono tranquilizador, como arrullo. Giró un poco su cabeza desde el suelo para verla mejor.
–¿Sí? –Contestó la niña sin dejar de mantener su postura mirando hacia el frente.
La pequeña no podía verlo, pero su hermano se encontraba mirándola fijamente, con los ojos vidriosos y una pequeña sonrisa de lado. Le dolía ver a Leena cargando una venda en sus ojos por todos lados, le dolía saber que ella estaba enamorada del azul del cielo, de los pájaros revolotear y no poder hacer nada para que ella lo disfrutase una vez más.
–¿Taehyung? –Preguntó la rubia ante el llamado en seco de su hermano. Tae se había quedado absorto en sus dolorosos pensamientos, pero como siempre, intentaba ocultarlos. Lo último que quería era que Leena pensara que su mayor estaba triste, tenía que ser fuerte por los dos, todos los días.
–Perdona –Soltó al mismo tiempo que volvía a girar su cabeza al cielo. –¿Tienes hambre? Ayer fue un día largo, gracias por ayudarme.
–¿Te habías dado cuenta de que el césped tiene sonido? ¿La leña? ¿Tú? Puedo identificar cada sonido, sé distinguir tus pasos, cada quién tiene un sonido diferente –Informó repentinamente la niña mientras comenzaba a dibujarse una ligera sonrisa en su rostro, ¿Cómo podía estar tan en paz?
–¿En serio? –Preguntó Tae ampliamente interesado. –¿Qué sonido tengo yo?
–Es difícil de explicar, pero desde que...–Se detuvo un momento antes de proseguir, apretando sus labios. –Desde que algo cubre mi mundo, mis oídos se convirtieron en mis mejores amigos.
Taehyung soltó un corto resoplido desde su pecho acompañado de una sonrisa. Era increíble como él podía estar más triste por la situación que la misma poseedora de esta. O tal vez lo estaba, pero Leena era visiblemente más fuerte.
Taehyung estaba a punto de levantarse del césped, cuando Leena tomó su muñeca. El chico volvió a sentarse lentamente, confundido ante el inesperado agarre de su hermana.
La niña estiró su mano, pasando tiernamente sus pequeños dedos por el lateral de su cuello, trazando el camino de las grietas oscuras dibujadas en este.
–Tenemos que ir a la ciudad, no puedes seguir así –Comentó angustiada. El chico no podía ver la figura dibujada en sus ojos, pero sí la de sus labios. Estaba sumamente preocupada.
–Leena...ya hemos hablado de esto -Apartó lentamente la mano de su cuello. Posando su mirada llena de expresión sobre el vendaje de la pequeña. Sabía que detrás de esa venda estaban sus pequeños ojos que solían ser azules. –¿Quieres que nos separen?
Leena agachó su cabeza, entrelazó sus manos, presionándolas sobre su holgado pantalón.
–¿Cómo estás seguro de ello? Tal vez pueden curarte, a ambos, ¿Por qué no quieres tomar el riesgo? –Su voz comenzó a quebrarse.
Taehyung se pasó una mano bruscamente por sus labios mientras giraba su cabeza en dirección opuesta a su hermana, tratando de conservar la compostura. Una de las ventajas de que su hermana no le viese, es que podía desahogarse sin que lo notara.
–Lee, prometimos no tocar el tema, tú y yo sabemos que no es una enfermedad normal, ¡Ni siquiera sé que tengo! –Comenzaba a subir el tono de su voz, sus ojos se volvieron cristalinos.
–¡Dijiste que somos normales, Taehyung, tengo la edad suficiente para saber la verdad! ¡¿Qué tienen mis ojos?! –Posó la mirada tras su sucio vendaje en Taehyung, aunque lo único que apreciaba era obscuridad sabía que estaba en la dirección hacia donde volteaba, solo tenía que seguir su voz.
Lágrimas comenzaron a correr bajo la tela, sus labios se torcieron con tristeza, apretaba sus dientes tratando de contener la impotencia.
ESTÁS LEYENDO
EL MALDITO
FanfictionUn joven con poderes que ni él mismo controla es descubierto, tachado de demonio y exiliado. Taehyung, un joven campesino quien vive junto con su pequeña hermana Leena, acogen al joven desesperado en su humilde hogar, sin tener conocimiento de las c...